Según un informe oficial publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el déficit comercial se desplomó 54% en 2018. No obstante, el dato positivo para el gobierno nacional, es que el rojo comercial, que en 2017 se había disparado hasta los U$S 8.300 millones, se redujo hasta ubicarse en los U$S 3.820 millones el año pasado.
Cabe destacar, además, que el balance final de la entidad estatal representa una cifra, considerablemente menor, con respecto a los números que manejaban consultoras privadas, en donde estimaban un déficit cercano a los U$S 5.500 millones. Sin embargo, lo que podría reflejarse como un acierto por parte del Ejecutivo, arrastra una realidad económica preocupante. Sucede que la fuerte contracción registrada en 2018 responde más a un desplome de las importaciones que a un “boom” exportador. Es importante remarcar también que en agosto de 2018, las compras de bienes al exterior sufrieron una fuerte caída de 21%. Y también noviembre y diciembre de ese año cerraron con marcadas bajas del 29% y 27%, respectivamente.
El desplome de la importaciones también jugó un papel importante en el achique comercial. Sumado al salto del dólar, los factores que impactan en el flujo de las importaciones se corresponden a una baja en el ritmo de actividad económica y de la producción fabril, que provoca una menor necesidad de contar con insumos y maquinaria del exterior.
Por otro lado, la consultora Ecolatina difundió ayer un informe en donde analiza particularmente la relación entre Argentina y Brasil. Entre otros puntos, remarcó que el comercio bilateral entre nuestro país y el gigante sudamericano se recuperará este año. En este marco, los analistas estiman que las ventas al país que gobierna Jair Bolsonaro crecerían cerca de 10% interanual en 2019, orillando U$S 12.200 millones, a la par que las importaciones desde ese origen retrocederían 15%.