La Unión de Kiosqueros de la República Argentina (Ukra) advirtió ayer que, en los últimos tres años, cerraron 28.000 locales. El sector fue fuertemente golpeado por el aumento de las tarifas y de los alquileres y por el desplome del poder adquisitivo y del consumo interno. Además, de acuerdo a los datos de la Ukra, desde febrero de 2018 se abrieron 15.000 kioscos-ventana. “En un escenario donde aumentan las tarifas y baja el consumo, si uno abre el kiosco en el garaje, tiene un costo menos”, dijo el titular de la Ukra, Adrián Palacios.
A su vez, Palacios dijo que, en el último año, el consumo se redujo 35 % en los productos de primeras marcas. “La gente se fue trasladando a segundas y terceras marcas. Estamos esperando que empiecen las clases a ver si repunta la venta de golosinas”, añadió.