La constante suba de precios y la pérdida de poder adquisitivo generaron un fuerte cambio de hábito en el consumo masivo de los argentinos. Según un informe privado difundido en las últimas horas, las segundas y terceras marcas ganaron un 9% del mercado nacional entre 2015 y la actualidad. De esta manera, las primeras marcas pasaron de representar el 69% del mercado al 61% en el mismo período. Según el estudio, el atraso del salario respecto de la inflación provocó que los argentinos comenzaran a consumir otras marcas.
El informe fue elaborado y difundido ayer por el Centro de Liderazgo en Mercados y Retail del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral. De acuerdo con el documento, los sectores de mayores ingresos registraron algún movimiento hacia las segundas marcas e incluso hacia marcas propias. No obstante, se trata de un segmento que representa sólo un 10% del consumo total.
En cambio, los sectores medio y medio bajo, que representan un 87% del consumo, migraron con fuerza hacia opciones más económicas. Cabe destacar que este segmento incluye a quienes perciben la Asignación Universal por Hijo (cuatro millones de personas), asignaciones familiares (cinco millones), y a buena parte de los siete millones de jubilados y el millón y medio de pensionados.
“Es posible que las primeras marcas descubran que la marca propia es un viaje de ida para muchos consumidores”, advirtió el director del Centro de Liderazgo, Guillermo D’Andrea. El especialista observó también una “conducta novedosa” en el marco de la actual caída de consumo. Según D’Andrea, varias primeras marcas “parecen haber optado por cambiar volumen por precio, remarcando por sobre la inflación e incluso anticipando nuevos rebrotes, realimentándola en tanto perdían ventas”.
No obstante, consideró que refugiarse en los sectores de mayores recursos “difícilmente puede ser una estrategia de largo plazo para marcas de consumo masivo”. Además, según su evaluación, otras marcas “volvieron a la vieja fórmula de reducir tamaños, contenidos y envases, apuntando a retener clientes con el menor desembolso”.
Más allá de la migración, el estudio del IAE School advirtió cómo la inflación afectó al consumo. La misma situación es registrada mes a mes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). De hecho, el organismo publicó ayer que el consumo en los supermercados cayó 8,8% en septiembre respecto de igual período del año pasado, y que, en los centros de compras, el retroceso fue de 3%.
Se desplomaron las ventas de electrodomésticos
Las ventas de electrodomésticos a precios corrientes –indicador que tiene en cuenta el impacto de la inflación- en el tercer trimestre del año totalizaron 30.173,5 millones de pesos, lo cual implica un aumento interanual de 39,8%. En tanto, según un informe difundido ayer por el Indec, las transacciones crecieron 15% en el mismo período respecto al trimestre anterior y 5,1% en lo que va del año, respecto de igual período de 2018.
De cualquier manera, la variación a precios corrientes no indica la retracción del consumo. Para observar cómo cayó la demanda interna es preciso comparar las ventas por unidades. En el tercer trimestre del año, la gran mayoría las categorías registradas por el Indec cerraron en rojo. Durante el tercer trimestre de 2019 se vendieron 322.059 televisores, lo cual implica una caída de 16,7% frente al mismo período del año pasado (64.451 unidades menos). Las ventas de celulares, en tanto, alcanzaron las 428.271 unidades, lo cual implicó un descenso de 20,2%.