Proyectan un crecimiento del 8,5% que depende de un acuerdo con el FMI

El Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina crecerá 8,5% en 2021, según proyecciones de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), que "podría ser mayor si el programa fiscal asume un ritmo expansivo más intenso", aunque la continuidad del ciclo alcista para 2022 dependerá de un acuerdo con el Fondo Monetario internacional (FMI)

Proyectan un crecimiento del 8,5% que depende de un acuerdo con el FMI

En ese sentido, la dinámica del sector externo sería uno de los condicionantes más importantes, tanto para garantizar la sustentabilidad de la recuperación como, también, la estabilidad macroeconómica.

«Estimamos que la economía crecerá un 8,5% en 2021, guarismo que se ubica por encima del estimado en el Proyecto de Presupuesto Nacional 2022 y se acerca cada vez más al escenario optimista planteado por FIDE a comienzos de año. Incluso, este número podría ser mayor si el programa fiscal asume un ritmo expansivo más intenso», señaló FIDE en su informe de octubre.

En ese sentido, la Fundación destacó que «la sostenibilidad de ese ciclo alcista está condicionada de manera determinante por las presiones estructurales sobre la demanda de dólares» entre las que, además de las tensiones originadas por el lado de la economía real, se suma un cronograma de vencimientos «impagable» con el FMI a partir de marzo de 2022, cuando habría que hacer un primer desembolso por US$ 2.855 millones.

En total, según los dos acuerdos firmados con el organismo durante el gobierno de Mauricio Macri, en 2022 deberían transferirse US$ 17.800 millones al FMI, en 2023 US$ 18.100 millones y, finalmente, unos US$ 4.600 millones em 2023.

«Generar los consensos necesarios en torno a un acuerdo de reestructuración de esos pasivos constituye quizás uno de los desafíos más relevantes de la política económica», aseguró el informe de FIDE, que consideró «imprescindible» que ese acuerdo incluya «condiciones consistentes con los objetivos de crecimiento e inclusión social» y que, a su vez, permita «despejar las expectativas devaluatorias que enraízan el escenario macroeconómico».

Por otra parte, en base a las proyecciones presupuestarias, apuntaron que es esperable «que el gasto público continuará ejerciendo un rol expansivo sobre la demanda interna, con especial énfasis en la inversión» aunque el fortalecimiento esperado en el consumo «está sujeto a que se altere la dinámica de precios e ingresos verificada a lo largo de este año».

«La viabilidad de la hipótesis oficial del 33% de inflación para el año próximo depende, entre otras cosas, de la inercia que deje 2021. Nuestra proyección punta a punta a diciembre 2021 se mantiene en el entorno del 45%», detalló el informe.

«En el futuro cercano, la capacidad de la conducción económica para oxigenar el frente externo con el fin de despejar expectativas devaluatorias y arbitrar de manera más eficaz en la puja distributiva constituyen dos componentes centrales de la estrategia anti-inflacionaria», concluyó.

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