Mientras se espera el dato oficial sobre la inflación de agosto, que el Indec informará el 14 de septiembre, los economistas descuentan ya que la variación superará el 5%, mientras las principales consultoras indican que la suba oscilará entre 6% y 7%.
La situación se da sin que se haya implementado aún la quita de subsidios en la tarifas –algo que ocurrirá a partir de hoy- y sin cambios bruscos en la cotización del dólar. Con lo cual, se estima que en septiembre, la presión inflacionaria será aún mayor y la variación total para el año alcanzará el 90%.
En agosto, los principales rubros que empujaron al alza el nivel de precios fueron los combustibles, transporte público, prepagas, alimentos y las cuotas de los colegios en Buenos Aires. Hace ya un tiempo considerable, las consultoras vienen estimando una inflación para este mes arriba del 6%.
Según la consultora de Orlando Ferreres y Asociados, (IPC-OJF GBA), el dato preliminar de inflación de agosto fue de 6,2% mensual, mientras que la medición núcleo fue del 5,6%. “Además, la medición promedio de la cuarta semana del mes contra la cuarta de julio fue de 5,5% mensual”, señaló la consultora en su último informe. Por otro lado, “la inflación general y la medición núcleo de la cuarta semana del mes fueron de 1,1%”, precisó.
También la consultora Focus Market pronosticó que la inflación de agosto trepará al 6,2%, impulsada por Salud, Transporte y Esparcimiento. La consultora Ecolatina, en tanto, proyecta un piso del 6% para este mes, al igual que la consultora Equilibra. Otras proyecciones sin embargo superan estos números: C&T prevé un alza del 6,5% y Analytica del 6,4%. En la performance del octavo mes del año sigue pesando el comportamiento de los alimentos y bebidas. De acuerdo con la medición semanal que hace la consultora LCG, los alimentos básicos acumulan en las últimas cuatro semanas de agosto una suba promedio del 6,4% y del 6,6% en la medición punta a punta.
Aumentos del 170% para hogares sin subsidios
El Gobierno avanzó con la difusión del importe de luz que pagarán los hogares que pierden todos los subsidios y los clientes generales (comercios, consorcios), tras la segmentación que comenzará a regir hoy en todo el país.
La factura de luz de los hogares que se quedan sin subvenciones estatales subirá un mínimo de 170% entre septiembre y febrero próximos. Mientras que los “usuarios generales” -desde un comercio hasta un edificio- afrontarán una suba cercana al 140%.
Estas estimaciones fueron realizadas por tres especialistas consultados por Clarín, que pidieron no ser identificados. Las subas del 140% al 170% difieren bastante de la promesa de un incremento del 20% mencionada por el subsecretario de Energía, Santiago Yanotti.
Los clientes residenciales pagan alrededor de $3.129 por MwH (una unidad de medida del sector). Con esta primera quita de subsidios del 20%, pasarían a desembolsar $5.190. Pero hay dos aumentos más, uno en noviembre y otro en enero. De $3.129 se iría a $13.433, lo que sería un aumento del 330%.