La gira relámpago que inició ayer el ministro de Economía, Sergio Massa, en Washington comenzó con el pie derecho al conseguir un nuevo crédito de parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por US$ 600 millones, y otro desembolso de US$ 500 millones del Fondo Saudita para el Desarrollo (Saudí Development Fund) destinado a financiar obras de infraestructura en la Argentina.
Massa inició ayer una cargada agenda de cuatro días en las que asistirá a las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial (BM), y mantendrá encuentros bilaterales con funcionarios de la Casa Blanca, el Departamento de Estado e inversores, entre otros. Antes de llegar a la capital norteamericana, Massa mantuvo un encuentro en República Dominicana con la Subsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Wendy Sherman, quien ayer arribó a nuestro país para iniciar conversaciones sobre posibles inversiones en litio, Vaca Muerta, alimentos y negociar el ingreso de productos de la industria farmacéutica argentina a EE.UU.
La visita forma parte del renovado respaldo de la Administración de Joe Biden al país tras la visita del presidente Alberto Fernández a Estados Unidos, donde consiguió el compromiso del líder demócrata para ayudar a la Argentina a sortear el cuello de botella generado por la sequía y los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Como trasfondo, planea la creciente sombra de China en la región. No obstante, la tensión sigue a flor de piel: por un lado, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, ratificó ayer el reclamo de ajuste que deberá encarar el Gobierno argentino pese a que admitió el impacto de la sequía; mientras que Fernández volvió a rechazar los condicionamientos del organismo.
Por lo pronto, Massa –que hoy se reunirá con Georgieva- anunció ayer la aprobación de un nuevo crédito por parte del directorio del BID por US$ 600 millones para proyectos de inversión. El préstamo tendrá “una primera operación de US$ 200 millones dedicados a reducir la mortalidad prematura y fortalecer los sistemas de salud de todas las provincias de la Argentina”, anunció el ministro. Esa operación, completaron las fuentes, se destinará a beneficiar a la población que cuenta exclusivamente con cobertura de salud pública, estimada en 20.500.000 de personas en 2022, en las veinticuatro jurisdicciones del país.
Más tarde, Massa firmó un acuerdo con Sultan bin Abdulrahman Al-Marshad, CEO del Saudí Development Fund, para el desembolso de US$ 500 millones destinado a financiar obras de infraestructura en los sectores de salud alimentaria y energía, entre los que se destaca el Gasoducto Néstor Kirchner. “Cerramos un memorándum de entendimiento y llegarán, en esta primera operación, unos US$ 500 millones para infraestructura. Es algo que venimos negociando desde febrero”, anunciaron desde el Palacio de Hacienda. De esta manera, suma dólares frescos para sostener las reservas del Banco Central, acaso el principal objetivo de su gira.
Georgieva ratificó el reclamo de ajuste
El Fondo Monetario Internacional (FMI) admitió el impacto que tiene la sequía en la economía argentina, pero insistió en la necesidad de ajustar las cuentas públicas, objetivo para el cual dijo que tiene “el compromiso” del Gobierno nacional.
“Hemos examinado las implicaciones de este shock, lo hemos acomodado parcialmente en la modificación del objetivo de acumulación neta de reservas internacionales, pero reconocemos que tenemos el compromiso del Gobierno de continuar afinando las políticas a la luz de las condiciones en las que se encuentran”, sostuvo Kristalina Georgieva, titular del FMI.
Si bien el párrafo reconoce los problemas generados por la sequía, no da ningún indicio de la posibilidad de una nueva flexibilización en el programa en curso, como pretende el ministro Sergio Massa. Es más, Georgieva remarcó que el éxito del acuerdo con la Argentina “redunda en la implementación, y la implementación seguirá siendo lo importante incluso en estas circunstancias tan desafiantes”.