El ministro de Economía, Luis Caputo, garantizó hoy en el Coloquio de IDEA que «devaluar no será el camino» que tomará el Gobierno de Javier Milei. El funcionario también dijo que la etapa previa a la salida de la Convertibilidad, a finales del 2001, «era Disneylandia al lado de lo que recibió (Javier) Milei», a finales del 2023.
«Está claro que devaluar no será el camino. Este es el momento de invertir, y la garantía es que esta es la primera vez en la historia que Argentina va a un orden macro por decisión política», afirmó Caputo. «Estamos en un país que por decisión política tiene superávit comercial, fiscal, energético y en las cuentas públicas, y un Presidente que garantiza que no se moverá de ese rumbo. ¿Qué mayor certeza podemos a ustedes los empresarios para invertir?», destacó.
Sobre las restricciones en el mercado cambiario, señaló: «Para nosotros la salida del cepo no es una fecha, son condiciones. No podemos hacer futurología, poner una fecha sería zonzo. Sí tenemos clarísimo cuáles tienen que ser las condiciones».
En este sentido, añadió: «Nosotros diseñamos un programa súper robusto, y los resultados que obtuvimos son buenos porque Argentina es un excelente alumno. Si hubiéramos salido del cepo en diciembre hubiera sido un desastre». Además, destacó que el Gobierno terminó «con el déficit fiscal en un mes», pero advirtió que aún no hay «optimismo» porque los argentinos tiene el gen «de que siempre algo va a salir mal».
«Le pido situarnos desde donde veníamos, noviembre del 2023, y si alguien le dice que el Gobierno iba a terminar con el déficit fiscal en un mes, con los pasivos remunerados en seis meses y la emisión monetaria en siete meses, a ustedes les hubiera parecido lo suficientemente ridículo», aseguró. «Y todo esto se logró sin romper contratos, sin Plan Bonex, sin ayuda externa», le dijo Caputo a unos 500 empresarios que se dieron cita este miércoles en Mar del Plata para participar del Coloquio de IDEA.
Caputo aseguró que se venía «de la peor herencia de Argentina» y a pesar de eso este año la economía caerá 3%, que -a su entender- «es mucho menos que lo que tuvieron en Israel o en Chile».
El ministro le pidió a los empresarios «situarnos desde donde veníamos, noviembre del 2023, y si alguien le dice que el Gobierno va a terminar con el déficit fiscal en un mes, y con los pasivos remunerados en seis meses y la emisión monetaria en siete meses, les hubiera parecido lo suficientemente ridículo».
Con relación a la política cambiaria, el ministro defendió la postura oficial al sostener que «para nosotros la salida del cepo no es una fecha sino condiciones», manifestando que «poner una fecha sería zonzo porque implica un nivel de arrogancia que no tenemos» e insistiendo en que «vamos a salir cuando estemos seguros que están dadas las condiciones para hacerlo».
En ese sentido, remarcó que «no es relevante el momento en el que salgamos del cepo» y aseguró que «no nos corre el tiempo porque diseñamos un programa super robusto», por lo que afirmó que «los resultados que obtuvimos son una causalidad no casualidad».
Asimismo, desestimó los cuestionamientos sobre los efectos negativos que traería aparejada la demora de liberar el cepo señalando que «el paso del tiempo nos juega a favor, no en contra, porque más pasa el tiempo y más queda atrás la mala política monetaria del gobierno anterior y más efecto tendrá la buena política monetaria actual».
Continuando en esa línea, expresó que «estamos mejor desde que llegamos, lo que confirma que el paso del tiempo juega a favor de la robustez del programa» y pidió que «no miremos la rama sino el bosque», subrayando que «acá hay un cambio histórico, un cambio de ciclo».