En julio, Argentina le compró mucho más a Brasil de lo que le vendió, generando un déficit comercial de US$ 559 millones, frente al superávit de US$ 34 millones de un año atrás. Según datos de Abeceb, en los primeros siete meses de 2025 el rojo acumulado llegó a US$ 3.506 millones, mientras que en igual período de 2024 había un saldo positivo de US$ 141 millones.
El problema central es que las importaciones crecieron 51,2%, el mayor aumento en 15 años, mientras que las exportaciones cayeron 8,2%. En julio, el comercio bilateral totalizó US$ 2.764 millones, un 16,7% más que en el mismo mes de 2024, pero ese crecimiento se debió casi por completo a las compras desde Brasil. El sector automotor fue el principal responsable: explicó el 91% del aumento de las importaciones, con compras por US$ 449 millones más que el año anterior.
Este déficit implica que sale más dinero del país del que entra, reduciendo las reservas internacionales y aumentando la dependencia de bienes del exterior. A mediano plazo, esta situación puede presionar sobre el dólar, generar más inflación y profundizar los desequilibrios financieros, especialmente si la tendencia continúa y no se compensan las compras con mayores exportaciones.
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