El abastecimiento de gas entró en crisis en gran parte del país

El Gobierno tuvo que cortar el suministro a más de 100 industrias y 300 estaciones de GNC

El abastecimiento de gas entró en crisis en gran parte del país

El buque de la empresa brasileña se negaba a descargar el combustible en la planta de Escobar.

El problema de la falta de gas natural en el sistema escaló ayer a una verdadera crisis cuando el Gobierno nacional decidió cortar totalmente el suministro a todas las estaciones de servicio de Gas Natural Comprimido (GNC) del país y también a las industrias, para preservar el servicio para los hogares y los comercios, en medio de una ola de frío que agravó los problemas estructurales del sistema.

La crisis desnudó la improvisación del Gobierno en la materia, ya que se originó en la negativa de un barco de Petrobras (Brasil) a descargar el Gas Natural Licuado (GNL) que importó Energía Argentina (Enarsa) de manera directa -sin licitación- al servicio nacional, debido a que la modalidad de pago que propuso nuestro país, con una carta de crédito, no respetaba los acuerdos previos.

Fuentes del diario EconoJournal revelaron que Enarsa no pudo documentar la transferencia de US$ 22.000.000 a una cuenta en el exterior de Petrobras para abonar la mitad del cargamento, lo que originó que el buque transportador del combustible no iniciara el martes la descarga del GNL en la terminal regasificadora de Escobar.

“En otro momento, un escenario así se hubiese solucionado rápidamente mediante un llamado político a Brasilia, pero la mala o inexistente relación con Lula (Da Silva) no ayudó en lo más mínimo”, explicó un alto directivo de una petrolera al diario digital porteño.

Ante el inevitable colapso del sistema, el Comité de Emergencia creado por el Gobierno decidió en la noche del martes cortar el gas a todas las estaciones de servicio de GNC del país y a las industrias, incluidas aquellas que tienen contratos “firmes” (no interrumpibles), por lo que pagan el combustible más caro. Pero la situación se complicó aún más ayer por un problema operativo que afectó a la red de TGN, una de las dos transportistas de gas del país, que por un imprevisto técnico debió paralizar dos plantas compresoras en el sistema centro-oeste de los gasoductos. El corte se extendió así a todo el país, afectando a más de 100 industrias importantes y a unas 300 estaciones de servicio, sobre todo de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, Córdoba y Mendoza.

“No es responsabilidad de este Gobierno no contar con la capacidad plena” del Gasoducto Néstor Kirchner (GNK), salió a justificar el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien argumentó que “estamos en el otoño más frío desde 1980, no pronosticado y con fuerte demanda de gas. Sumado a situaciones excepcionales (limitación de importación de energía de Brasil, salida de Embalse), se necesitó incorporar volúmenes de GNL, a precio de mercado, programados para más adelante”.

“Se estima que el servicio volverá a funcionar a la noche”, señaló más tarde el vocero presidencial, Manuel Adorni, luego de que Petrobras aceptara la forma de pago de Argentina e iniciara la descarga del combustible. “Hubo un problema con la carta de crédito, el viernes emitimos el pago, y hubo un rechazo de la empresa tema que se terminó solucionando”, contó el vocero, que insistió en que el país atraviesa “el invierno más crudo en los últimos 44 años”. “Más allá de que es muy difícil saber en términos de demanda y de distribución qué es lo que nos deparará el invierno estamos haciendo todo los esfuerzos para que no ocurra y así lo deseamos y nos parece que así ocurrirá”, prometió finalmente.

Lo cierto es que, más allá del episodio del barco de Petrobras, los especialistas cuestionan la decisión del Gobierno de Javier Milei de frenar las obras del GNK a inicios de su gestión, para ahorrarse unos US$ 40.000.000, y advierten que ahora deberá desembolsar unos US$ 500.000.000 para la compra de cargamentos de GNL importados.

Un informe que anticipó la crisis

En las últimas dos semanas circularon en despachos oficiales y en las principales empresas de energía informes que anticipaban una crisis inminente en el sistema de gas natural de la Argentina. Se trata de los trabajos de G&G Energy Consultants de Daniel Gerold, uno de los analistas más escuchado por las compañías, en los que se advertía una caída en las reservas de los gasoductos ante una continuidad de la ola de frío y los menores niveles de importación de fluido en los últimos 15 años. Las grandes compañías energéticas del país recibieron esos informes, incluidas productoras, transportistas y distribuidoras de gas. Al igual que el Gobierno, que decidió ignorarlos. Algunas firmas, bajo condición de off the récord, sostuvieron que el impacto “se veía venir” y que “hubo varias señales sobre lo que podía suceder”, ante el freno de las obras de construcción del Gasoducto Néstor Kirchner.

Reclamos de los industriales

La dirigencia industrial abrió de urgencia un canal de diálogo con el Gobierno para hacer una radiografía de la crisis de abastecimiento de gas a las plantas industriales. La UIA salió a reclamarle soluciones a la Secretaría de Energía, ya que los cortes del suministro alcanzaron a fábricas que tienen contratos “en firme” –donde pagan más para tener asegurado el suministro- que fueron incumplidos. “Es fundamental destacar el impacto significativo que tendrán estas restricciones en el sector productivo y en toda la cadena de suministro de las distintas empresas afectadas”, advirtió la Federación Industrial Santafecina (Fisfe). A su vez, la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) reclamó al Gobierno “tomar las medidas necesarias para garantizar la provisión normal de GNC en las estaciones de servicio de todo el país”.

Salir de la versión móvil