El consumo registró una fuerte caída en el primer año de gestión libertaria

El Gobierno, con el objetivo de lograr el equilibrio fiscal, realizó recortes en subsidios y tomó medidas que impactaron en la capacidad de compra de los argentinos

El consumo registró una fuerte caída en el primer año de gestión libertaria

El primer año de gestión de Javier Milei quedará marcado por una fuerte caída del consumo de alimentos y de otros bienes de primera necesidad a causa del impacto que tuvo en los hogares el plan de ajuste implementado para estabilizar la macroeconomía.

Si bien el golpe más fuerte ocurrió en la primera parte del año, cuando se registró un aumento de la inflación superior a los dos dígitos sin ser acompañado por los salarios, los últimos datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) indican que el consumo siguió cayendo en noviembre al 1,7% interanual.

A inicios de año, empero, hubo una contracción del consumo de mayor magnitud, que llegó a una baja en torno al 30% tanto en las ventas de supermercados y autoservicios, como en comercios minoristas de distintos rubros. A partir de abril, la inflación bajó a un dígito hasta ubicarse en torno al 3% en septiembre, lo que generó un reacomodamiento en la disponibilidad de productos y de los precios en las góndolas.

Por ello, hacia el último trimestre del año, comenzó a verse una desaceleración en la caída del consumo: si bien Came publicó ayer una caída de las ventas minoristas pymes del 1,7% interanual en noviembre a precios constantes, también registró un crecimiento del 3,9% en la comparación mensual desestacionalizada.

Aún así, las ventas de las pymes acumulan un descenso del 12,2% en los primeros once meses del año, aunque fuentes de la entidad anticipan que 2024 cerraría con parámetros que se asemejan a 2023 en algunos rubros. Claro que, en este primer año de gestión de Milei, se modificó drásticamente la forma de consumo de la ciudadanía, luego de que el Gobierno recortara los subsidios al transporte y la energía, eliminando beneficios para sectores de ingresos medios y altos.

De esta manera, la recomposición de las tarifas y los servicios públicos empezaron a ocupar más lugar en las cuentas y salarios que no acompañaron la magnitud de la inflación del primer semestre, generando cambios en las compras de los hogares, que achicaron el presupuesto del supermercado, prendas de vestir y recreación, entre otros.

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