El mercado argentino culminó la semana con un panorama negativo en el segmento accionario y con un dólar que, aunque mantuvo su tendencia a la baja, moderó el ritmo del retroceso. El tipo de cambio minorista cerró este viernes a $1335, cinco pesos menos que el jueves, mientras que el mayorista terminó en $1326, una caída de 0,3% en la jornada y de $38 en comparación con el cierre de la semana pasada.
La rueda cambiaria estuvo marcada por una mayor oferta durante buena parte del día, que llevó al dólar mayorista a tocar un mínimo de $1321. Sin embargo, sobre el final se registró una leve recuperación de la demanda que permitió acercar el precio a los valores previos. En tanto, los dólares financieros acompañaron el rebote final: el MEP cerró a $1332,27 (+0,3%) y el Contado con Liquidación a $1336,37 (+0,4%). El blue, por su parte, se mantuvo estable a $1325 en la City porteña.
En la Bolsa, la jornada estuvo dominada por el pesimismo. El S&P Merval retrocedió 2,1%, aunque acumuló una suba semanal del 1%, en un contexto de ventas motivadas por tomas de ganancias, malos balances de empresas líderes y la incertidumbre política derivada de las recientes 12 derrotas legislativas del oficialismo, que incluyen proyectos con mayor gasto público.
Entre las caídas más pronunciadas se destacaron Loma Negra (-7,9%), YPF (-4,1%) y Globant (-4,3%), todos papeles que cotizan en Wall Street y que habían presentado resultados por debajo de las expectativas. Las bajas contrastaron con el comportamiento positivo de la Bolsa de Nueva York, que cerró con subas de entre 0,5% y 1% en sus principales índices.
En el mercado de deuda, los bonos mostraron un cierre mixto, con predominio de bajas leves, como el Global 2046 (-0,4%) y el Global 2035 (-0,2%). Pese a ello, el riesgo país medido por el JPMorgan bajó a 728 puntos básicos (-0,9%) y acumuló un retroceso semanal de 33 unidades (-4,3%).
Para los analistas, el retroceso de los activos refleja una mayor cautela de los inversores frente a señales políticas y económicas desfavorables, en un marco en el que la estabilidad cambiaria todavía no logra consolidarse y la incertidumbre electoral agrega presión sobre el mercado.