El Gobierno nacional salió a cruzar ayer un nuevo frente de conflicto abierto por la crisis económica y el ajuste del gasto público, al relativizar la posibilidad de que se produzca un “efecto contagio” en las provincias con la creación de cuasimonedas, tras la aprobación que dio la Legislatura riojana a la iniciativa impulsada por el gobernador Ricardo Quintela.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que las provincias “tienen la libertad de hacer lo que consideren correcto” respecto a la posibilidad de emitir cuasimonedas, pero advirtió que “jamás van a ser rescatadas por el Gobierno nacional”, a diferencia de lo ocurrido luego de la emisión generalizada que hubo en 2001 y 2002, en medio de la crisis de la Convertibilidad. Adorni relativizó la posibilidad de un “efecto contagio” en el resto de las provincias, ya que “la gran mayoría entiende algo tan básico que es que no se puede gastar más de lo que se tiene y está ajustando sus cuentas para que eso sea así”, argumentó.
Más temprano, la vicegobernadora de La Rioja, Teresita Madera, consideró que la aprobación de la cuasimoneda provincial -denominada como Bono Cancelación de Deuda (Bocade)- tiene como objetivo que “la gente no pierda el poder adquisitivo” ante la política de ajuste implementada por el gobierno nacional. “Va a ser una herramienta que va a gozar de la confianza y va a cumplir el objetivo que hemos planteado: que la gente no pierda el poder adquisitivo”, explicó en declaraciones radiales.
La Legislatura riojana aprobó el miércoles el proyecto que prevé una emisión de $ 15.000 millones en Bocades, que se usarán para cubrir el 30% del salario de los trabajadores públicos. “El restante del 70% (del salario) la gente lo va cobrar en pesos. El bono va a tener circulación en los comercios de La Rioja y para pagar impuestos”, explicó Madera, quien argumentó que “venimos de una inflación que impactó más del 30% en diciembre y con la retención que hizo Nación respecto de los fondos extra coparticipables o la retención desde octubre que nos vienen debiendo, nos puso en una situación absolutamente compleja”.
En disidencia, el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio (PRO), descartó “totalmente la emisión de una moneda” en su provincia. “Flaco favor le haríamos a esta gestión nacional emitiendo una moneda propia”, apuntó Frigerio tras destacar la tarea que lleva adelante el presidente Milei y su Gabinete por “enfrentar al flagelo de la inflación”. Si bien admitió que Argentina “no puede convivir más con estos niveles” de inflación, Frigerio aseguró que “no es buena idea” la creación de monedas porque “nos retrotraen a un momento de la historia económica argentina que no es bueno repetir”.
“Al problema de depreciación de nuestra moneda que sufren todos los argentinos, agregarle una cuasimoneda no es una buena salida”, agregó su par de Mendoza, Alfredo Cornejo, también aliado de Juntos por el Cambio (JxC). Desde el PRO, la diputada nacional María Eugenia Vidal fue más allá y consideró que La Rioja podría ser denunciada judicialmente por emitir cuasimonedas ya que la Constitución Nacional “dice que sólo el Banco Central puede acuñar moneda”.
Recortes desiguales de los fondos nacionales
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) reveló que el gobierno de Javier Milei redujo las transferencias automáticas a las provincias en un 7,5%, comparando la primera quincena de enero de este año con el mismo período de 2023.
Todas las provincias resignaron fondos en términos reales, más allá de los aumentos nominales que no contemplan la inflación, pero a algunas les pegó más fuerte que a otras. Es el caso de Buenos Aires, la provincia de mayor padrón a nivel nacional, que tuvo una caída real de enero a enero de 11,1%, seguida por Salta y Misiones.
En cambio, aun con números negativos, la Ciudad de Buenos Aires tuvo una pérdida de 4% interanual, siendo la de menor impacto del recorte oficial, por delante de La Pampa y San Luis. El ajuste muestra, así, cierta discrecionalidad política: el mayor recorte recayó sobre la provincia gobernada por el peronista Axel Kicillof, mientras que el distrito menos afectado es único gobernado por el PRO, aliado central de Milei.