La principal contradicción de la economía argentina en 2025 fue la brecha entre la calma financiera y la realidad doméstica. Contra los pronósticos del mercado que auguraban turbulencias, la economía se mantuvo financieramente estable.
La clave estuvo en las elecciones legislativas: el escenario de derrota oficialista y salto cambiario que muchos esperaban no ocurrió. La victoria de La Libertad Avanza ordenó las expectativas y, junto a una fuerte dependencia de las señales políticas de Estados Unidos y las negociaciones con el FMI, logró evitar una crisis mayor.
Sin embargo, esa estabilidad en los mercados no se tradujo en un alivio para la economía real. La realidad de los hogares fue muy distinta: el empleo se mantuvo débil, el consumo permaneció deprimido durante la mayor parte del año y los salarios no lograron recuperar el poder de compra perdido frente a una inflación que, si bien desaceleró, siguió subiendo. La sensación generalizada fue que «todo cuesta más». Así, 2025 dejó una paradoja difícil de explicar: mercados en calma sin un alivio claro para el bolsillo de la gente.
