«Un 15% de inflación en febrero sería un numerazo», dijo el presidente Javier Milei ayer por la noche en una entrevista en TV.
Unos días antes el ministro de Economía, Luis Caputo, en otra entrevista sostuvo que «la inflación va a estar más cerca de 10% que de 20% gracias al control fiscal y monetario».
Pero más allá del optimismo oficial envalentonado porque viene encadenando una racha de buenos resultados económicos para mostrar tales como el superávit financiero, la baja de los dólares y el recorte de la brecha, y la compra continua de divisas para engrosar las reservas del BCRA, lo cierto es que las consultoras ven difícil tocar el 15% en febrero.
De hecho, las proyecciones dan una baja respecto de enero, pero no tan sustancial como los casi cinco puntos porcentuales que se vieron entre el 25,5% diciembre al 20,6% del primer mes del 2024.
Según la consultora Eco Go la inflación de febrero iba para el 15% pero en la tercera semana de febrero subieron la proyección hasta el 16,2% mensual, «producto de las subas en tarifas de electricidad (170% en promedio) anunciadas esta semana, y el aumento en el precio del transporte en algunas ciudades del país tras la eliminación del Fondo Compensador del Interior».
Rocío Bisang, economista de Eco Go, explicó a Noticias Argentinas que la baja respecto de enero responde en parte a la baja en alimentos y también a algunos rubros como Esparcimiento o equipamiento y mantenimiento del hogar, que, por la caída del consumo, cierta tendencia estacional y un dólar que se mantiene planchado, están mostrando poca variación este mes.
Pero, para los próximos meses y sobre la base de los deseos oficialistas de llegar a julio con un dígito, Bisang sostuvo que primero habrá que sortear marzo, un mes especialmente caliente por aumentos estacionales.
«Hay que ver que ocurre con la educación y la paritaria docente, pero es un rubro que viene bastante atrasado en términos relativos y muy probablemente contribuya a mantener la inflación de marzo elevada», explicó.
En el escenario optimista que maneja la consultora de Marina dal Poggetto, sostienen que para el segundo semestre es posible comenzar a ver una inflación de menos de dos dígitos.
Por su parte, desde la Fundación Libertad y Progreso calculan que el IPC general de febrero rondará el 17% mensual, lo cual representaría una nueva desaceleración del nivel de precios, aunque sosteniéndose en niveles muy altos.
En la tercera semana de febrero, el IPC Libertad y Progreso viajó a una velocidad del 2,5% semanal. Si bien representa una aceleración respecto a la semana anterior, la misma no fue de una magnitud significativa, estimaron.
Respecto de la desaceleración inflacionaria que se está viendo, Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación detalló: «Un dato no menor es que a diferencia de años anteriores, la desaceleración del IPC se está dando en simultáneo con un proceso de corrección de precios que venían distorsionados por regulaciones estatales.
Algunos están recuperando parte del terreno perdido, como lo estamos viendo en el caso de la medicina. Esto es imprescindible hacerlo, porque acumular atrasos significaría generar expectativas de un nuevo salto de precios en el futuro cercano. Mientras que en otros mercados que se han desregulado y ha aumentado la oferta, se están viendo bajas, como en el caso de los alquileres».
En sintonía con dichos del ministro de Economía, que puso el foco en diferenciar que «una cosa es recomposición de precios relativos y otra es inflación, y la parte buena es que si sacás el efecto de recomposición, la inflación está bajando fuerte», Eugenio Marí convalida que según sus relevamientos «excluyendo los regulados, el IPC núcleo de febrero estará en torno al 15%».
Otro de los puntos a mirar para mantener una estabilidad a mediano plazo y una baja consistente de la inflación es la estabilidad cambiaria y el circulante. De acuerdo con esto, Marí valora que este proceso «se esté dando con estabilidad en los mercados cambiarios y caída en la brecha, lo cual señala que hay un crecimiento en la confianza. Lo que además ayuda a estabilizar los precios de los bienes transables».
En línea con Marí, Bisang también destaca la absorción de pesos, «que es sin dudas una buena señal para la desaceleración de la inflación, aunque no es tan lineal la relación. Las expectativas y la capacidad de generar un esquema monetario creíble, que se vea sostenible en el largo plazo son claves», afirma.
Para febrero los analistas en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que conforma el BCRA estimaron una inflación mensual de 18,0% y las 10 consultoras que mejor pronosticaron esa variable en el pasado esperan una inflación 16,5%.
El dato oficial de inflación del segundo mes del año se conocerá el próximo 12 de marzo.