El costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) registró en noviembre un incremento del 3,1%, lo que supone una importante desaceleración en relación a octubre, cuando la suba fue del 9,5%. Según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en noviembre una familia tipo -compuesta por dos adultos y dos menores- necesitó percibir ingresos por $145.948 para no ser pobre y $64.012 para no ubicarse en situación de indigencia.
El organismo también dió cuenta del incremento de la Canasta Básica Total (CBT), que además de los alimentos incluye la evolución de los precios de productos de indumentaria y servicios: en noviembre subió un 4,4%, cifra mucho menor que la del mes de octubre, donde fue del 9%.
En los once primeros meses del año, la Canasta Básica Alimentaria aumentó un 94,2%, mientras que la Canasta Básica Total lo hizo un 91,7%. La CBA está formada por los alimentos con requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón de entre 30 y 60 años desarrolle sus actividades sin problemas durante un mes (se estima 2.750 kcal por persona).
La desaceleración reflejada en la evolución de los datos de ambas canastas es coincidente con lo registrado por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional, que en noviembre subió 4,9%, bastante por debajo del 6,3% de octubre.
Desde el Ministerio de Economía destacaron la desaceleración del incremento, al considerar que constituye “la confirmación de un proceso gradual de reducción inflacionaria, que si bien puede tener algún mes dispar, se espera que marque una tendencia durante el primer cuatrimestre de 2023”. La cartera resaltó el impacto de algunas políticas como los acuerdos de precios que viene implementado el ministro Sergio Massa, que permitió que el segmento de los alimentos fuera el de menor crecimiento de los 12 rubros que utiliza el Indec para calcular la inflación.
Destacan el plan de baja de la inflación
Un informe de la consultora Sarandí, presidida por el economista Sergio Chouza, sostiene que la desaceleración de la inflación en noviembre se debió a “razones macro objetivas” que responden a un plan.
La entidad admitió que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 4,9% fue “sorpresivo”, ya que si bien estimaba una baja al 5% o 5,5%, no esperaba una desaceleración de esta magnitud.
“El renovado foco sobre la política monetaria y fiscal fue el primer mojón que puso el ministro (Sergio Massa) para encauzar las expectativas” aseveró la consultora.
El recorte del gasto público desde julio para ordenar las cuentas del Estado, junto a la suba de tasas de interés y una acumulación de reservas que le dió autonomía a los precios en dólares, en conjunto con los acuerdos de precios, permitió bajar de forma efectiva la inflación, sintetiza el informe.