Robin Wood, el creador de personajes inolvidables como Nippur de Lagash, Dago, Pepe Sánchez, Dennis Martin, Helena y Mark, murió el domingo a los 77 años en Asunción.
Su pareja, María Graciela Sténico-Wood, confirmó la noticia en su cuenta de Facebook. Acaba de fallecer mi esposo Robin Wood, víctima de una penosa enfermedad”.
Desde hace varios años, padecía un mal neurológico que le impedía leer y escribir.
El artista nació el 24 de enero de 1944 en Caazapá, a 205 kilómetros al sur de la capital de Paraguay y desde muy joven se dedicó a la escritura, a pesar de que apenas había terminado la escuela primaria debido a las dificultades económicas de la familia.
Cursé hasta 6º grado, pero a los diez años leía a Baudelaire, Hemingway y Steinbeck”, contó en una entrevista.
Reconocido a nivel mundial, Robin creó más de 95 personajes y 10.000 guiones, convirtiéndose de esta manera en un referente del género. Llegó a escribir dieciséis guiones en una semana y para que su nombre no se repitiera tanto en las revistas, tuvo que inventarse seudónimos, como Mateo Fussari, Robert O’Neill, Noel Mc Leod, Roberto Monti, Joe Trigger, Carlos Ruiz y Cristina Rudlinger.
Para dimensionar su legado, alcanza un dato: entre 1966 y 1997, Wood creó unas 30 obras con diferentes dibujantes de Argentina. Durante su carrera, recibió varias distinciones, entre ellas, la de Mejor Guionista del Mundo”, en la Bienal de Córdoba, en 1997, y el Premio de Honor en el Festival de la Historieta del Mercosur, en Asunción, en el año 2000.
A comienzos de la década de 1950, se radicó en Buenos Aires con su madre y trabajó para editoriales argentinas que publicaron sus creaciones en prestigiosas revistas, como El Tony, D’Artagnan, Intervalo y otras. En la capital porteña, se formó en la escuela de Bellas Artes.
Uno de sus personajes más famosos fue Nippur de Lagash, un sumerio que Wood inventó tomando como referencia las ciudades de Nippur, donde nacieron sus padres, y Lagash, ambas ubicadas en una zona histórica de Oriente Medio, en el sur de la antigua mesopotamia, entre los ríos Eufrates y Tigris.
Nómade y aventurero, Wood viajó por distintos lugares del mundo (desde donde enviaba sus trabajos) y vivió en España y Dinamarca, antes de regresar a Paraguay.
Soy un viajero impenitente, un trashumante, como se suele decir -declaró-. Cuando comencé a escribir guiones, me compré una mochila y una Olivetti portátil y me fui a caminar por el mundo. Durante quince años anduve de un lado a otro. Enviaba mis textos por correo. Esto me permitió tener vivencias que enriquecieron mis textos, pero, por otra parte, tengo que reconocer que no conozco a buena parte de los excelentes artistas que dibujaron mis textos”.
Conocida la noticia, las redes se llenaron de mensajes de despedida. No hay duda: prolífico autor, talentoso, popular. Deja huella para siempre en el mundo del cómic. Un abrazo a sus familiares y amigos”, publicó el historietista Horacio Altuna.
El productor, guionista y periodista Axel Kuschevatzky sumó su despedida: Adiós Robin Wood. Gracias por tanto. Nippur, Gilgamesh, Dago, Savarese pero por sobre todas las cosas Pepe Sánchez, mi favorito del mundo Columba”, escribió.
Por su parte, la cuenta especializada en historieta Archivo de Humor Gráfico Argentino calificó a la noticia como algo devastador” y recomendó la biografía Robin Wood: una vida de aventuras”, de Diego Accorsi, Julio Neveleff y Leandro Paolini Somers.