Córdoba a cielo abierto: seis recorridos para la Noche de los Museos

Desde Hoy Día Córdoba organizamos seis rutas que abarcan múltiples intereses, combinando ciencia, arte, deporte, historia y literatura. Más de 140 espacios culturales, mapa digital y transporte gratuito invitan a caminar la ciudad de otros modos.

Córdoba a cielo abierto: seis recorridos para la Noche de los Museos

La nueva edición de la Noche de los Museos Córdoba 2025 invita a recorrer más de 140 espacios culturales, científicos y artísticos distribuidos por toda la ciudad. El evento, que se desarrollará este viernes, cuenta con un mapa digital y físico que organiza los puntos del recorrido en paradas temáticas conectadas por transporte gratuito.

Este año, el lema general –“El futuro de los museos en comunidades en constante cambio”- propone repensar el rol de las instituciones culturales como espacios de encuentro, accesibilidad y transformación. El mapa oficial puede consultarse y descargarse en formato digital.

Desde Hoy Día Córdoba pensamos en organizar seis rutas que abarcan diversas temáticas: La constelación UNC; Fotografía y ciudad; Pintura, lienzos y modernidad; Palabras en movimiento; Astros y astros del deporte; y Memoria, identidad y comunidad. Es importante aclarar que las siguientes propuestas se organizan por temáticas y no por cercanía como estás diagramadas en el mapa digital oficial.

Ruta uno: Constelación UNC

Pisar los espacios que hicieron historia también es una forma de contarla. En este recorrido, la Universidad Nacional de Córdoba despliega su identidad cultural y científica como una constelación de saberes, donde cada edificio, cada patio y cada laboratorio es una estrella que sigue iluminando la ciudad.

El camino comienza en el Museo Histórico de la UNC (Manzana Jesuítica), Patrimonio Cultural de la Humanidad, donde las huellas del pasado aún resuenan bajo los claustros. Entre los ecos de las campanas y el brillo de los vitrales, los visitantes pueden revivir la historia universitaria desde el siglo XVII, explorar la primera biblioteca, las colecciones de grabados y las maquetas coloniales. Durante la noche, el museo se transforma en un espacio vivo, con instalaciones participativas, visitas guiadas y experiencias que evocan el espíritu reformista de 1918. En sintonía, el Centro de Estudios Avanzados (Av. Vélez Sársfield 153) propone la intervención “Cartas, ecos y memorias del Che”, que conecta pasado y presente desde la palabra y la memoria.

El recorrido continúa hacia la Facultad de Ciencias Químicas, donde el Museo de Ciencias Interactivo (Av. Medina Allende y Haya de la Torre) abre sus puertas a la curiosidad. Allí, los visitantes pueden mirar células al microscopio, experimentar con reacciones químicas, armar origamis de proteínas o participar de desafíos que combinan ciencia, arte y sostenibilidad. Cada experimento es una chispa de conocimiento, una forma lúdica de entender el mundo.

Un poco más adelante, el Centro de Producción e Investigación en Artes (Medina Allende s/n) vibra con la fusión entre tecnología y creación. Su programación ofrece conciertos audiovisuales, instalaciones inmersivas, talleres de suminagashi y proyecciones que transforman el espacio en un laboratorio sensorial.

El paseo también pasa por el Museo de la Comunicación (Bv. de la Universidad 300), donde la historia de los medios en Córdoba cobra nueva vida. Allí, las portadas se diseñan, las radios se abren, las palabras se amplifican. Todo invita a pensar cómo se comunica la ciudad que somos.

En la Facultad de Filosofía y Humanidades, el Museo de Antropología (Av. Hipólito Yrigoyen 174) propone un viaje a las raíces. A través de la danza, la música y la poesía, recupera la voz de los pueblos originarios y su modo de habitar el territorio, recordándonos que la memoria también se mueve, se baila, se canta.

El recorrido sigue hacia el Observatorio Astronómico y el Museo Meteorológico Nacional (Laprida 854), donde la mirada se eleva al cielo. La luz, el color y los fenómenos físicos se vuelven materia de juego y de descubrimiento, entre telescopios y talleres para todas las edades.

Ya en barrio Alberdi, la Casa de la Reforma Universitaria (Alberdi 54) vuelve a encender el espíritu rebelde de 1918. La Orquesta Sinfónica de la UNC presenta un repertorio que mezcla rock y pop nacional e internacional, acompañado de charlas y muestras sobre la historia del barrio: un homenaje sonoro a las luchas que moldearon la educación pública.

A unas cuadras, el Museo de la Cervecería Córdoba (La Tablada y Arturo Orgaz) invita a una experiencia distinta: una sala de escape que revive, desde el juego, la memoria de los trabajadores de la fábrica, su historia de oficios y comunidad.

El cierre del recorrido tiene algo de ciencia y de asombro: el Museo Pedro Ara (Hospital Nacional de Clínicas, Av. Medina Allende 355), donde las preparaciones anatómicas revelan el cuerpo humano como un mapa de conocimiento. A través de talleres y prácticas experimentales, los visitantes pueden entender la medicina desde adentro, entre frascos, vitrinas y bisturíes que todavía cuentan historias.

Así, la Constelación UNC no sólo invita a mirar, sino a pisar los lugares que fundaron la ciudad, a recorrer sus pasillos, a habitar su historia. Porque en Córdoba, cada museo, cada aula y cada patio son parte del mismo relato, el de una comunidad que sigue aprendiendo, transformando y soñando.

Ruta dos: Astros y astros del deporte

En este segundo camino, la primera estación la ocupa el Observatorio Astronómico de Córdoba (Laprida 854). Bajo el lema “El futuro de los museos en comunidades en constante cambio”, el Observatorio propone una agenda tan vasta como el cielo que observa: desde la preapertura coral del Coro de la Facultad de Psicología (UNC) hasta la apertura oficial con el Coro Vuela Alto, pasando por plantadas de telescopios, charlas visuales, paseos históricos, talleres de mate-magia y visitas guiadas por el Museo del OAC.

Entre otras actividades, brillan experiencias interactivas sobre la luz, la física, el electromagnetismo y el universo mecánico, así como la feria “Del cosmos a tu bolsillo”, que revela cómo los descubrimientos astronómicos se transformaron en tecnologías cotidianas. También habrá un espacio lúdico que invita al juego y al deseo: “Abducido por un OVNI y el Mural de los deseos”.

Desde ahí, el recorrido baja a la Tierra sin perder altura. El Museo Universitario de Tecnología Aeroespacial (Laprida 808) abre su colección para difundir la historia de la Industria Aeronáutica y Espacial Nacional, con énfasis en la formación de estudiantes de ingeniería aeroespacial. Parte de sus colecciones viajarán —como satélites en movimiento— hacia el Museo Meteorológico Nacional, que también será parte de la Noche de los Museos.

Pero no todos los astros están en el cielo. Algunos corren, saltan, atajan o sueñan con goles. El Museo Provincial del Deporte (Estadio Mario Alberto Kempes, Av. Cárcano S/N) propone una muestra sobre la “Córdoba Mundialista” y el paso del Mundial de 1978 por el estadio, con camisetas internacionales, material gráfico de archivo, souvenirs, autos antiguos y obras de arte que reconstruyen la memoria deportiva de la provincia. Entre más de 200 piezas originales, se cruzan épocas, pasiones y disciplinas: del automovilismo al boxeo, del tenis al fútbol, todos orbitando alrededor del mismo eje: la emoción colectiva.

Más adelante, en el Club Atlético Belgrano (Arturo Orgáz 550), el barrio de Alberdi se ilumina como una galaxia celeste. El recorrido por su museo permanente revela 120 años de historia: camisetas, trofeos, fotografías, libros de actas, carnets y recuerdos que enlazan el deporte con los grandes hitos sociales, desde el Cordobazo hasta la Reforma Universitaria. Durante la noche, el club abrirá sus puertas con números artísticos, puestos de comidas y una muestra que celebra el vínculo entre identidad barrial y memoria popular.

El cierre del recorrido nos devuelve al origen: el asombro. En el Centro de Interpretación Científica Plaza Cielo y Tierra (Boulevard Chacabuco 1300, Parque de las Tejas), la ciencia se convierte en experiencia sensorial. Las familias podrán disfrutar del Planetario Julio Verne, instalaciones audiovisuales y teatrales como “El Mensaje, ecos del futuro” y “Ser_encia, soñando con los ojos abiertos”, además de muestras de divulgación de los institutos del CONICET Córdoba.
La entrada a las muestras es libre y gratuita; para las obras teatrales se recomienda reserva previa en www.plazacielotierra.org o retiro de entradas por boletería.

Así, entre telescopios y camisetas, entre constelaciones y canchas, la Noche de los Museos traza su propia órbita. Una ruta donde los astros del cielo y los del deporte comparten un mismo brillo -el de la curiosidad, la memoria y la pasión cordobesa-.

  

Ruta tres: Fotografía y ciudad

La noche empieza con luces que guían el camino hacia el arte en imagen. En el Palacio Dionisi (Av. Hipólito Yrigoyen 622), la fachada se enciende como una cámara que vuelve a mirar su propia historia. Una pasarela de luz nos guía hacia adentro, un túnel fluorescente conecta la vereda con los salones del museo, mientras en las paredes se proyectan rostros, gestos, escenas detenidas en el tiempo. La muestra “Archivo familia Dionisi. Los Dionisi vuelven a casa” late como un regreso, las fotos del pasado familiar se mezclan con el murmullo de quienes hoy atraviesan el mismo umbral. Afuera, un muro bajo luz ultravioleta invita a dejar huellas, palabras o dibujos que también serán parte del archivo.

De allí caminamos unas cuadras y llegamos al Centro de Estudios Fotográficos (Buenos Aires 1415), donde el aire huele a papel y tinta. La Biblioteca Fotográfica se despliega en mesas largas, entre libros de artista y fanzines que cuentan otras formas de mirar. En una esquina, suena el audiovisual “Mirar lo invisible”; en otra, alguien hojea el libro Costras, de Andrés Larraín, mientras empieza la presentación de la Colección Fanzines 2025. Las conversaciones se cruzan como flashes: edición, territorio, memoria. Afuera, la ciudad se refleja en los vidrios como otra exposición viva.

Más tarde, la ruta nos lleva hacia Ciudad Universitaria. En los pasillos de la Facultad de Ciencias Económicas, las Galerías FCE (Bv. Enrique Barros s/n) transforman lo cotidiano en escena. En una esquina, Manuel Pascual presenta “Permanencia/Resonancia”, una serie donde las paredes parecen respirar. A las 20 suena el Coro FCE, y luego una performance sonora envuelve el hall con las visuales de Magda Huarte Carboni. Estudiantes, docentes y visitantes se mezclan en un mismo ritmo, mientras las luces de neón se reflejan sobre el piso encerado.

El recorrido continúa por el centro, hasta el Museo Genaro Pérez (General Paz 33). En el patio, la voz del coro Mink’a Estudio Coral abre la noche, a las 20, seguida por una intervención de danza contemporánea y una jam de poesía que vibra entre retratos y esculturas. En una de las salas, la propuesta “Retratos en escena” invita al público a posar, a transformarse por un instante en pintura viva. Las cámaras disparan y el tiempo se detiene otra vez.

A pocas cuadras, la Sala de Arte AGEC (Deán Funes 266) despliega la muestra “Marea Verde. Postales feministas del deseo”, realizada junto a Católicas por el Derecho a Decidir. Las paredes respiran color, cuerpos y consignas. La exposición recupera el pulso de una lucha colectiva que todavía atraviesa las calles, enlazando el deseo, la salud y la memoria. El espacio se vuelve íntimo, casi confesional: cada fotografía parece decir “esto también somos”.

Cae la medianoche y llegamos al Archivo Gregorio Bermann (Avenida Vélez Sarsfield 153), en el CEA de la UNC. Una proyección ilumina los muros con rostros del Che Guevara, cartas escritas a máquina y la voz del propio Bermann. En “Cartas, ecos y memorias del Che”, las palabras se vuelven sonido, pintura, cuerpo. Un saxofón improvisa entre las lecturas, mientras un grupo de estudiantes sostiene velas encendidas. La historia respira cerca.

De regreso al centro, el Cabildo vibra con música. En el Museo de la Ciudad (Independencia 30) suenan los acordes de la Orquesta de Cuerdas Municipal (20:30 y 21:30), seguidos por el Coro Municipal de Córdoba (22:30). A la medianoche, Tribu Maloka irrumpe con tambores afro en el patio, celebrando el Día Nacional de los Afroargentinos y la Cultura Afro. En la Sala ex-Novecento, letras de cuarteto se leen en voz alta, mientras la feria Tun-ga! despliega objetos que parecen guiños al ADN cordobés.

La última parada nos espera en el Cineclub Municipal Hugo del Carril (Bv. San Juan 49). En la Sala 2, una secuencia de cortos cordobeses se proyecta una y otra vez, como si la ciudad misma se mirara al espejo. En la pantalla, los barrios, las calles, las voces que habitan la noche quedan registradas —otra forma de archivo, de memoria, de mirada compartida.

  

Ruta cuatro: Pintura, lienzos y modernidad

La ciudad también se pinta en cada trazo cuando cae la noche. Las fachadas, los jardines, los murales y los museos se encienden como si respiraran al ritmo de quienes los recorren. En esta ruta, las artes visuales se despliegan en todas sus formas -del trazo clásico al gesto callejero- y cada parada invita a mirar distinto.

El paseo comienza en el Museo Superior de Bellas Artes Evita – Palacio Ferreyra (Av. Hipólito Yrigoyen 511). Bajo sus columnas y vitrales, el arte parece habitar el aire. El gran hall central, con más de veinte metros de altura, recibe a los visitantes como un susurro del pasado aristocrático y del presente abierto al público. Doce salas de exposición permanente, un auditorio, una biblioteca y los jardines que lo rodean crean un refugio ideal para perderse entre lienzos y luz. Cada paso es una conversación silenciosa con las obras que hicieron escuela y con las que buscan romperla.

A pocos metros, el Museo Emilio Caraffa (Av. Poeta Lugones 411) se despliega como una secuencia de salas que respiran modernidad. Fundado en 1914, su arquitectura en herradura -obra de Juan Kronfuss– hoy dialoga con ampliaciones que multiplicaron su espacio expositivo. Aquí, la Noche de los Museos se vuelve un mosaico: pintura, escultura, fotografía, dibujo, videoarte y experimentación sonora conviven con propuestas participativas.

Entre las muestras se destacan “Luz y tiempo en Córdoba”, “Raíz del tiempo” y “¿Dónde caen los olivos?”. También suena el Festival Santo Noise, que desde 2009 convierte el museo en una caja de resonancia del arte sonoro y electrónico. La noche vibra, literalmente.

Siguiendo el aire de la modernidad, la caminata desemboca en la Plaza España, donde el Museo Metropolitano de Arte Urbano (MAU) late bajo tierra. Un edificio subterráneo dedicado al arte y las estéticas urbanas: murales, performance, danza, música, inteligencia artificial.

Aquí, la experiencia “La NM en el MAU” invita a redescubrir la plaza con un asistente de IA que narra historias y curiosidades del entorno. Más allá, el universo se desborda con una instalación de humor, performance y ritual colectivo que desafía toda lógica. En la explanada, la Banda Sinfónica Municipal le pone cuerpo al aire con un repertorio que mezcla jazz, cine y música popular.

El recorrido continúa hacia el Centro Cultural Córdoba, un faro de hormigón que emerge entre el parque y los museos vecinos. En sus salas, la artista Matilde Leblebidjian presenta “Todo lo que muere nace en el cielo de lo invisible”, una instalación que transforma objetos olvidados en un archivo poético sobre la memoria y la herencia. Afuera, la terraza se abre como una plaza suspendida: un punto alto para mirar la ciudad desde otro ángulo.

A unas cuadras, el Espacio Cultural Museo de las Mujeres (Rivera Indarte 55) ofrece un respiro diferente. Allí, el arte se cruza con la perspectiva de género, la danza, la música y la palabra. Durante la noche, el espacio se llena de cuerpos y voces: el Seminario de Danza Clásica Nora Irinova y la Escuela Musical Collegium dan vida a una programación donde la poesía se baila.

El cierre invita a subir hacia el Jockey Club Córdoba (General Paz 195), una joya arquitectónica inaugurada en 1946 que conserva en sus salones el espíritu de una Córdoba elegante y cultural. Entre frescos, esculturas y colecciones de artistas como Spilimbergo, Malanca y Genaro Pérez, las luces de la noche revelan un museo inesperado dentro del edificio. Instalaciones lumínicas, música de cámara y una experiencia inmersiva –“Jockey Club Córdoba: un viaje en el tiempo”- proponen caminar entre siglos y estilos.

Así, esta Ruta de pintura, lienzos y modernidad se vuelve una caminata por las formas en que Córdoba se mira a sí misma: entre lo clásico y lo experimental, entre los museos y la calle, entre la quietud del cuadro y el movimiento del cuerpo que lo observa. Porque esta noche, el arte no se contempla: se habita.

Ruta cinco: Palabras en movimiento. Literatura y pensamiento.

Entre bibliotecas centenarias, casonas universitarias, museos coloniales y centros culturales, esta ruta invita a descubrir los lugares donde la palabra habita. No se trata solo de leer o escuchar, sino de caminar los espacios donde la ciudad se narró y sigue narrándose: donde la historia, la lengua, la memoria y el arte dialogan con el presente.

La Biblioteca Córdoba (27 de Abril 375), creada en 1911, abre sus salas con más de 50 mil volúmenes y un archivo de diarios y revistas de comienzos del siglo XX. Esta edición de la Noche de los Museos propone un cruce entre literatura, dibujo y performance con “Viernes Hache: Edición Especial”, una velada transmedial que reúne historietistas cordobeses, feria editorial y dibujo en vivo.

En la Casona de Trejo (Obispo Trejo 467), sede de la Facultad de Lenguas de la UNC, la palabra se vuelve música y juego. El Coro de la Facultad presenta un repertorio de tonadas argentinas, mientras especialistas del nuevo Observatorio de las Hablas de Córdoba invitan a explorar los modos de hablar de la provincia a través de charlas, proyecciones y juegos interactivos.

El Museo Casa de la Reforma Universitaria (Alberdi 54) suma su propuesta “Amor al Barrio”, una lectura afectiva de Alberdi como territorio del deseo popular y cuna de la Reforma de 1918. Archivos, objetos, literatura y gastronomía se entrelazan para contar la historia de un barrio que sigue siendo sinónimo de rebeldía y comunidad.

Por su parte, el Museo Marqués de Sobremonte (Rosario de Santa Fe 218) recrea una velada colonial en “A la fiesta del Marqués”, donde personajes de distintos tiempos históricos comparten tertulia y conversación. Una experiencia que revive el espíritu de los salones donde se forjaban las ideas y las identidades de Córdoba.

El recorrido continúa en la Casona Municipal (General Paz y La Rioja), donde la palabra se expande en múltiples lenguajes: música, teatro, gráfica y performance. Habrá recorridos teatralizados, coros en los balcones y muestras como “Un viaje por la gráfica contemporánea”, que propone pensar el arte como tránsito y transformación.

Finalmente, el Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40) celebra la palabra y la diversidad con una noche que combina ciencia, música y memoria. Habrá stand-up científico con Nadia Chiaramoni, conciertos de Javiera Electra y La Virgenxita, visuales de YA.MOV, y exposiciones como “Mutar la memoria” y “San Jerónimo Dei”, que cruzan archivo, humor y gráfica contemporánea.

Esta ruta traza un mapa de voces, las que se guardan en los libros, las que resuenan en las calles y las que siguen diciendo quiénes somos. Porque en Córdoba, la palabra no solo se pronuncia: se escucha y se habita.

Ruta seis: Memoria, identidad y comunidad

La sexta ruta invita a caminar hacia el corazón más profundo de Córdoba, ese donde las huellas de la historia se hacen visibles en cada pared, en cada nombre recuperado, en cada espacio que eligió la memoria por sobre el olvido.

La primera parada es la Casa de la Memoria Imprenta del Pueblo Roberto Matthews (Fructuoso Rivera 1035), una vivienda de barrio Observatorio que guarda, diez metros bajo tierra, una de las imprentas clandestinas más grandes de los años setenta. Allí, un grupo de militantes del PRT imprimía ideas de cambio social mientras el país se deslizaba hacia la oscuridad. Décadas después, la casa se recuperó como sitio de memoria y hoy se abre a las visitas con guías, muestras de objetos hallados y charlas que reconstruyen esa historia de resistencia y coraje.

El recorrido sigue por el Espacio para la Memoria Campo de la Ribera (Martin Cartechini s/n), donde el sonido del río parece dialogar con las voces del pasado. En este sitio, que funcionó como centro clandestino de detención, hoy se multiplican las actividades culturales y pedagógicas. La jornada se inaugura con la intervención performática “Todo resuena en un eco infinito: principio de un altar”, una ceremonia colectiva que invita a traer objetos y recuerdos para rendir homenaje a quienes ya no están.

Desde allí, la ruta se interna en el presente institucional con una visita a la Legislatura de Córdoba (Avenida Emilio Olmos 580), que propone un diálogo entre el ayer y el hoy. El Palacio Histórico y el edificio nuevo se abren como dos tiempos de una misma historia. La memoria política se entrelaza con la modernidad democrática en un recorrido donde conviven arte, tecnología, danza y música.

Muy cerca, el Espacio Museo del Ministerio Público Fiscal (Laprida 731) abre sus puertas bajo la consigna “Memoria, innovación, transformación”. Allí, objetos e instrumentos de la criminalística se combinan con relatos de quienes trabajan en el sistema judicial. La noche se completa con intervenciones sonoras, fotografías y un cierre a puro rock de la banda Al Efecto, integrada por trabajadores del MPF.

El trayecto culmina en el Museo MANTA (Dellepiane 1792), un espacio silencioso y cálido que rescata la memoria textil de los pueblos originarios de América. Las fibras, los colores y las tramas ancestrales dialogan con la creación contemporánea. Hay talleres, visitas guiadas y una invitación a “explorar las posibilidades del fieltro” como gesto de continuidad entre pasado y presente.

En esta ruta, la memoria se hace comunidad. Cada parada propone un acto de reconstrucción colectiva, donde la identidad se teje, se escucha y se celebra.

Durante toda la noche habrá transporte gratuito conectando las distintas sedes, lo que permitirá recorrer la ruta completa de manera cómoda y segura. La programación se extiende de manera general desde las 20 hasta la 1 de la madrugada, ofreciendo a la comunidad una oportunidad única de acercarse a la historia, la ciencia y el arte de nuestra ciudad.

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