La Met Gala 2025 transformó la alfombra roja en discurso político

La Met Gala 2025 confirma su lugar como fenómeno cultural global, donde moda, política y estrategia se entrelazan con precisión quirúrgica.

a Met Gala 2025 transformó la alfombra roja en discurso político

Anna Wintour, la directora de la gala dese hace casi dos décadas, con sus cuatro coanfitriones de la noche: Colman Domingo, A$AP Rocky, Lewis Hamilton y Pharrell Williams.

Cada primer lunes de mayo, la escalinata del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se transforma en el epicentro de la moda global. Sin embargo, más allá del esplendor de los vestidos de diseñador, la presencia de celebridades y el glamour de la alfombra roja, la Met Gala se ha consolidado como una clase magistral en estrategia de relaciones públicas.

Lo que comenzó en 1948 como una cena privada para recaudar fondos genera hoy más de 1.200 millones de dólares en valor mediático. La pregunta clave es cómo logró este evento convertirse en el equivalente cultural del Super Bowl. La respuesta está en la narrativa, la planificación estratégica y una ejecución impecable.

Del lujo a la narrativa estratégica

Según Aldo Hernández Saldaña, Coordinador Editorial de another, agencia de comunicación estratégica con la mayor oferta de servicios en América Latina, el éxito del Met Gala radica en su capacidad para construir un sistema narrativo sostenido en el tiempo, más allá de los titulares efímeros.

Su historia comenzó de forma discreta, concebida en 1948 por la publicista Eleanor Lambert como un esfuerzo modesto para apoyar al Costume Institute. Durante décadas, el evento se mantuvo alejado de los reflectores, reservado para figuras del entorno cultural neoyorquino. Todo cambió cuando Anna Wintour asumió un papel central en la organización del evento entre 1995 y 1999. Su visión estratégica transformó la gala en una plataforma de alcance global, incorporando temas culturales de alto impacto, narrativas articuladas a través de personalidades públicas y un ecosistema editorial liderado por Vogue que amplifica los mensajes antes, durante y después del evento.

Durante la gala, se confirmó que Rihanna espera su tercer hijo. Foto: BBC.

Un relato cultural cuidadosamente orquestado

Hernández Saldaña señala que la Met Gala opera como un sistema perfectamente orquestado, donde cada elemento responde a una lógica de comunicación integrada. El tema elegido para 2025 —“Superfine: Tailoring Black Style”— representa un ejemplo claro de cómo la moda puede convertirse en discurso político y afirmación cultural. Inspirado en el ensayo académico de Monica L. Miller sobre el dandismo negro y la identidad diaspórica, este enfoque temático va más allá de lo decorativo para proponer una tesis visual que articula estética, historia y memoria colectiva.

El despliegue comunicacional ha seguido una secuencia cuidadosamente estructurada. En octubre de 2024 se reveló el tema central a través de Vogue, en febrero de 2025 se presentó el código de vestimenta en Good Morning America —uno de los programas con mayor alcance en Estados Unidos—, y durante la primavera se anunció el grupo de co-chairs y el comité anfitrión, compuesto por más de veinte artistas, atletas y escritores. Para Hernández Saldaña, estos hitos no son fortuitos; forman parte de una estrategia de relaciones públicas diseñada para mantener la atención pública activa durante varios meses, alimentando la conversación con precisión quirúrgica.

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La elección de los co-chairs también responde a un criterio narrativo claro. Colman Domingo representa la conexión entre Broadway, Hollywood y la moda; Pharrell Williams encarna una visión creativa y disruptiva desde su rol como artista y director creativo de Louis Vuitton; Lewis Hamilton se posiciona como figura de excelencia negra en un deporte tradicionalmente excluyente; y A$AP Rocky proyecta una visión vanguardista de la moda masculina desde lo subcultural. Cada uno de ellos no solo aporta notoriedad, sino que simboliza aspectos clave del relato central. Según Hernández Saldaña, esta selección evidencia una comprensión sofisticada del casting como herramienta de storytelling estratégico.

Los aliados comerciales del evento cumplen un rol crucial en la amplificación cultural y digital del mensaje. Louis Vuitton no solo financia parte de la exposición, sino que refuerza el posicionamiento de la gala como cumbre del lujo con conciencia social. Se suman otros patrocinadores como Instagram, Africa Fashion International, la Perry Foundation y la Hobson/Lucas Foundation, cuyos valores se alinean con la narrativa del evento. En palabras de Hernández Saldaña, estos vínculos refuerzan la coherencia discursiva y aumentan la legitimidad cultural del acontecimiento.

El piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton, uno de los coanfitriones. Foto: BBC.

En esta maquinaria de comunicación, los medios tradicionales continúan siendo fundamentales para establecer el marco interpretativo. Publicaciones como EBONY y People han profundizado en los significados históricos y sociales del tema, mientras que entrevistas con figuras como Colman Domingo agregan una dimensión emocional al relato. A su vez, los análisis especializados han contribuido a desentrañar las referencias simbólicas del código de vestimenta, enriqueciendo la conversación cultural.

Paralelamente, la cultura digital asume un rol protagónico en la segunda fase de amplificación. Plataformas como TikTok, Threads, Instagram y X permiten que creadores de contenido y comunidades de fans anticipen atuendos, analicen referencias históricas y resignifiquen momentos anteriores de la gala. Para Hernández Saldaña, este fenómeno convierte al público en un actor participativo que co-construye el relato, generando contenido espontáneo que potencia el alcance del evento antes de que la primera celebridad pise la alfombra roja.

Madonna complementó su esmoquin con un cigarro. Foto: BBC.

Moda, política y legado en la edición 2025

La edición de este año también rinde homenaje al legado de André Leon Talley, figura icónica del mundo editorial y pieza clave tanto para el Met como para Vogue desde 1974. La exposición incluye piezas de su guardarropa personal —como su célebre caftán de Patience Torlowei y su equipaje de Louis Vuitton— como testimonio de su impacto en la moda, la representación y la performatividad cultural negra.

La edición 2025 del Met Gala demuestra cómo una estrategia de relaciones públicas bien ejecutada puede trascender lo inmediato y consolidarse como narrativa cultural de largo aliento. De acuerdo con Aldo Hernández Saldaña, este evento no solo ilustra la capacidad de la moda para generar deseo, sino su potencial como instrumento de poder blando y agente de transformación simbólica. La gala enseña que la estrategia supera al espectáculo, que el storytelling comienza mucho antes de que se enciendan las cámaras, y que la influencia cultural se construye mediante relatos que activan sentidos profundos, políticos y estéticos a escala global.

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