Puede ser por desconocimiento, por falta de práctica, por la calidad o el estado de los ingredientes, por no tener los utensilios o herramientas adecuados, o no hacer un uso correcto de los mismos… pero tanto los aficionados como los profesionales de la repostería y la pastelería, pueden tener problemas cuando hacen bizcochuelos, tartas y pasteles.
¿Cuáles son las explicaciones de estos posibles problemas al hacer un bizcocho o una tarta? A continuación te explicamos algunos, como así también las soluciones:
1. Sale muy seco
Esto suele deberse a los ingredientes o el horno. Verifica que estés utilizando la suficiente cantidad de ingredientes húmedos, como los huevos. Asimismo, no uses los ingredientes secos en exceso, ya que pueden absorber la humedad. Por otro lado, no olvides utilizar un reloj con alarma para que no dejes tus pasteles mucho tiempo en el horno.
2. Le falta cocción
Si tu pastel está crudo en el centro, a pesar de que lo horneaste el tiempo que indicaba la receta, puede que tu horno estuviera muy frío. Un horno para panadería que cuente con termómetro integrado es un gran apoyo para evitar este problema.
3. Mezcla partida
Cuando la manteca y el azúcar han sido batidos por demasiado tiempo y parece que la mezcla se va a partir, es momento de dejar de batir y añadir los ingredientes secos.
4. Se hunde
Si tu bizcochuelo está crudo en el centro, cocínalo durante unos minutos más. Si no se esponja, puede que haya un problema con uno de los agentes que lo elevan. ¡No entres en pánico! La cobertura ayudará a disimular un poco esta situación.
5. Se pega en el molde
Si tu bizcochuelo se queda pegado en el molde, deja que se enfríe por media hora, aproximadamente. Esto evitará que se parta cuando lo intentes sacar. Luego, pasa un cuchillo en la orilla para aflojarlo un poco y da la vuelta colocando una rejilla para atrapar el bizcocho. Puedes utilizar papel manteca para evitar que esto suceda en otras ocasiones
6. Se desborda la mezcla
Es recomendable que no llenes más de dos terceras partes tus moldes; esto para dejar espacio a que el bizcocho suba. Si tu mezcla se está desbordando, puede que haya mucha mezcla o que el molde sea muy pequeño para la receta. Experimenta con varios tamaños y asegúrate de cumplir con la regla de 2/3 antes de meter a hornear.
7. Se quema
Si tu bizcochuelo se ha quemado más allá de cualquier salvación, no debes seguir trabajando en él, ya que sabrá muy mal. Si puedes salvarlo, utiliza un cuchillo serrado para eliminar cualquier parte quemada. Usa tu cobertura para disimular esas partes.
8. Se agrieta de arriba
Cuando un bizcochuelo se agrieta en la parte superior, significa que se ha elevado muy rápido. Esto puede haberse dado porque la temperatura del horno es muy elevada o bien, porque había mucha levadura u otro agente. Una vez más, un horno con termómetro es la medida de prevención idónea para hornear pasteles y cheesecakes (tartas de queso) perfectos.
9. Salen bordes crujientes o grasientos
Esto usualmente pasa cuando se ha untado demasiada manteca en los alrededores del pastel para evitar que se pegue al molde. Esto tiene un efecto de freír el bizcochuelo cuando la mantequilla se derrite y puede causar que resulte con textura crujiente o grasienta en los bordes.
10. Resulta muy pesado
Si tu pastel está muy denso o muy pesado, pero sí se cocinó por dentro, significa que no lo batiste lo suficiente. Batir es muy importante, ya que incorporas aire al bizcochuelo y así se vuelve más ligero y esponjoso. Otro motivo podría ser que no utilizaste suficientes agentes para levantar el bizcochuelo.