Beneficios de consumir carne de pollo

El consumo de carne de pollo alcanzó los 45,18 kilos por habitante en Argentina, consolidándose como un alimento nutritivo.

Beneficios de consumir carne de pollo

La carne de pollo es uno de los alimentos más consumidos.

Presente en todo tipo de recetas y cada vez más valorado por su aporte nutricional, el pollo se afianza como uno de los alimentos favoritos en la mesa de los argentinos. En el último año, el consumo per cápita de carne aviar en el país alcanzó los 45,18 kilos por habitante, lo que posiciona a Argentina en el sexto lugar del ranking mundial. Aunque la carne vacuna aún lidera por escaso margen, el pollo sigue ganando terreno por su sabor, versatilidad y perfil saludable.

A nivel global, la tendencia también se fortalece: en 2024, la producción mundial de carne aviar llegó a las 103,7 millones de toneladas. Países como Perú, Estados Unidos y Australia encabezan el ranking de consumo, en un contexto donde el pollo se consolida como una de las proteínas más elegidas del mundo.

Un alimento completo y saludable

Más allá de su valor culinario, el pollo se destaca por su aporte en proteínas de alto valor biológico, esenciales para el desarrollo y el funcionamiento del organismo. También contiene ácidos grasos insaturados como omega 6 y omega 3, vitaminas del complejo B y minerales como hierro, fósforo y zinc. Incluso sus menudos, como el hígado y el corazón, ofrecen nutrientes clave como vitamina A y ácido fólico, especialmente importantes en etapas de crecimiento y para mujeres en edad fértil.

Mitos que persisten y verdades que conviene saber

Desde el sector avícola trabajan para desmentir ideas erróneas que todavía circulan. “El pollo no es un alimento seguro”, “se lo cría con hormonas” o “el pollo amarillo es más sano” son algunas de las afirmaciones falsas que aún persisten. La realidad es que la producción avícola argentina está regulada bajo estrictas normas nacionales e internacionales, con controles que garantizan la calidad e inocuidad del producto.

Uno de los mitos más comunes es que la piel del pollo es “mala”, cuando en realidad contiene grasas insaturadas beneficiosas; sin embargo, su consumo debe ser moderado por el aporte calórico. También se insiste en que debe lavarse antes de cocinar, aunque eso puede generar contaminación cruzada. La recomendación es cocinarlo correctamente hasta alcanzar la temperatura adecuada.

Producción segura y sustentable

Detrás de cada corte de pollo hay un complejo sistema de producción que prioriza la salud animal, humana y ambiental. Las granjas aplican protocolos de bioseguridad, vacunación y monitoreo constante, garantizando no solo la calidad del producto final, sino también su sostenibilidad.

“El concepto de One Health nos recuerda que la salud animal, la salud humana y el ambiente están profundamente interrelacionados. La ciencia y la innovación tecnológica nos permiten hoy anticiparnos a los riesgos sanitarios, optimizar el bienestar de las aves y ofrecer alimentos inocuos para la población”, explicó Pablo Nervi, Gerente Técnico del Área de Avicultura de MSD Salud Animal.

Gracias al esfuerzo conjunto de productores, veterinarios y profesionales técnicos, el pollo continúa siendo una opción accesible, confiable y de alto valor nutricional, presente en la alimentación de millones de familias argentinas todos los días.

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