La noche del 8 de diciembre de 1980, la noticia del asesinato del reconocido músico John Lennon, era un hecho. Un fanático, un arma, varios disparos y el departamento del artista en Nueva York, fue el triste y macabro escenario en el que le pusieron fin a la vida del fundador de The Beatles.
En su edificio en Dakota, Mark Chapman sorprendió a la estrella, que se encontraba con su esposa Yoko Ono, en la vereda de su hogar. Antes de apretar el gatillo, yo estaba calmado y preparado para que sucediese. Mi propia voz decía desde dentro: ‘Hazlo’. Pero, después de disparar, me sentí como si la cinta de la película se hubiese roto. Estaba conmocionado. Me quedé de pie, con el arma en la mano”, había declarado el asesino en una entrevista televisiva luego de ser arrestado. Posteriormente, se llegó a saber que el Chapman tenía un trastorno maniaco depresivo.
Hace 40 años, el líder del grupo musical, se convirtió en esa leyenda reconocida hasta el día de hoy, que marcó una época social y cultural atravesada por múltiples cambios del siglo XX. Con su voz que representaba la rebeldía, el carisma y la esencia de la juventud, Lennon marcó el impulso de aquella generación para romper con el orden establecido.
La música de Lennon rompió con todas las fronteras del género pop, expresando sentimientos, representando a los jóvenes de la posguerra y buscando siempre, la libertad. Imagine”, lanzada en 1971, fue el tema más vendido de la carrera de su carrera de solista, que se convirtió en un himno y fue destacada como la mejor canción de todos los tiempos. Esta gran composición lleva en todas sus estrofas y melodía el sentido al que el cantante siempre apuntó y que escribió junto a su esposa, y que construye y fomenta a la igualdad en un contexto sin conflictos.