Fátima Florez recordó el día en el que casi se muere por un plato de fideos

La humorista dio detalles de un fuerte episodio que vivió antes de debutar en la calle Corrientes

Fátima Florez recordó el día en el que casi se muere por un plato de fideos

Fátima Florez narró una anécdota muy curiosa que sorprendió el sábado a Andy Kusnetzoff, conductor del ciclo PH, Podemos Hablar (Telefe). La popular artista reveló que la pasó muy mal por comer un plato de fideos, e incluso pensó que se iba a morir.

“Teníamos que estrenar en la calle Corrientes, estaba muy nerviosa por el debut, y a mi me gustan mucho las pastas, fanática de las pastas, me habían dado unas caseras”, explicó la actriz. “Yo me empecé a sentir mal, pero pensé que era algo que lo podía llevar. Que me tomaba algo y se me pasaba…”, agregó la humorista.

Pero, con el paso del tiempo el cuadro de la comediante empeoró: “A cada momento me sentía peor. Me acuesto a dormir y al rato me despierto. Sentí que era el último día de mi vida. Sentí la muerte de verdad. Nunca me sentí tan mal de agarrarme de las paredes y sentir que me succionaban de abajo”.

Luego, Fátima perdió el conocimiento y no recuerda qué más pasó. Su marido, Norberto Marcos, logró despertarla. “Sentí como si me llevara un ovni. Cuando me desmayé, me rompí mi diente con la rodilla”, señaló entre risas. Por último, recordó que no podía ni pronunciar su nombre por causa del diente roto, y debió hacerse el arreglo con un odontólogo ya que tampoco podía trabajar.
Por otra parte, Fátima fue noticia por su participación bajo el disfraz de Mamba en el ciclo ¿Quién es la Máscara? (Telefe). Karina y Wanda Nara había acertado que se trataba de la humorista, mientras que Lizy Tagliani había dicho desde el primera programa que era Jimena Barón y Roberto Moldavsky que se trataba de Griselda Siciliani. “La rompiste Fátima, debe haber pocas artistas en la Argentina como vos que puedan hacer tantas cosas tan bien y por eso te sacaron”, la elogió la conductora Natalia Oreiro.

“Gracias a ustedes, a la producción, vestuario, maquillaje. Traté de engañarlos el tiempo que podía, me divertí, la pasé bien. No lo conté a nadie, mi marido se enteró a la mitad, mantuve el misterio y mantuve la mística de este programa, llegaba con la máscara, la capucha, el buzo de ‘no me hables’. Sentí la buena energía del público y en el piso y está fantástico este programa”, se despidió feliz la imitadora.

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