En muchas oportunidades se hacen consultas por trastornos o dificultades de movimiento, claudicaciones, rengueras del tren posterior ya sea en cachorros o en perros adultos. Es importante comprender que NO todas las claudicaciones responden a la misma patología y por supuesto a un mismo tratamiento.
Es muy común escuchar que los perros de edad avanzada se descaderan. El término descaderado hace referencia popularmente a la displasia de cadera y si nos referimos a animales de edad avanzada, en la mayoría de los casos no es la cadera la responsable de este problema, sino que se trata de afecciones de la columna dorsal o lumbar, mostrando grandes dificultades de desplazamiento y hasta paresias (disminución de la fuerza de los músculos) del tren posterior.
Los problemas de columna pueden aparecer en los perros desde los 7 u 8 años de edad, principalmente en razas grandes tengan o no displasia. Las manifestaciones clínicas de problemas en la cadera son más frecuentes en los perros jóvenes pero hay que tener en cuenta además, que un gran porcentaje de animales son asintomáticos.
¿Qué ocurre en perros de edad avanzada?
A medida que nuestros perros avanzan en edad aparecen los primeros signos de envejecimiento: disminución de la actividad y algunas claudicaciones en el tren posterior.
Si fueron perros que no mostraron problemas en el andar cuando jóvenes, los propietarios se sorprenden del cambio de actividad y es común pensar que la displasia de cadera ha llamado a la puerta.
Sin embargo, en muchos casos la columna vertebral de estos perros se ha resentido por la acción de presiones y tracciones sobre los discos intervertebrales provocando un endurecimiento fibroso de las cápsulas (con lo cual los discos cartilaginosos soportan o amortiguan menos golpes y tracciones) y en muchas oportunidades los núcleos de esos discos intervertebrales se mueven, apretando la medula (hernia de disco) comprimiendo las raíces nerviosas y provocando dolor y disfunción neurológica.
A esta enfermedad se la conoce como espondiloartrosis o estenosis degenerativa en la región lumbosacra o en la región dorsolumbar de la columna vertebral.
Los síntomas varían de acuerdo a la localización de las lesiones, pero en muchas oportunidades son semejantes a la displasia de cadera: dolor en los miembros posteriores, claudicaciones y dificultad para incorporarse, tambaleo y menos actividad.
La espondiloartrosis puede evolucionar a la parálisis del tren posterior. Muchos animales tienen una o más vértebras afectadas en estado subclínico (sin síntomas) o muestran ligeros signos clínicos.
En el caso de la espondiloartrosis los tratamientos deben ser muy enérgicos. Se usan en forma conjunta, antiinflamatorios, vitaminas neurotróficas, regeneradores de los cartílagos condroprotectores, analgésicos, míorrelajantes, así como terapias de rehabilitación en casos de mayor gravedad.
Consultar en estos casos a su veterinario ya que es muy importante realizar un buen diagnóstico, diferenciar las distintas patologías para implementar el tratamiento adecuado.
¿Qué ocurre en los cachorros con la displasia de cadera?
Si pensamos específicamente en los cachorros, no todos manifiestan síntomas teniendo displasia de cadera. El diagnóstico puede ser realizado desde los 6 meses de edad a través de una radiografía que se toma con el animal anestesiado, lo que permite una perfecta posición y distensión de los ligamentos de la articulación coxofemoral.
Pueden aquí aparecer otras lesiones en la columna lumbar (cauda equina) con producción de dolor y claudicaciones que pueden coexistir con la displasia de cadera o con caderas totalmente sanas con lo que el diagnóstico diferencial y específico es indispensable.
Estos conceptos tienen como único objetivo dar una idea general a algunas las patologías que pueden afectar a nuestros perros, para no quedarnos con el concepto de que la cadera es la madre de todos los males.
Específicamente en los perros viejitos y en los cachorros, podemos hacer un acompañamiento y prevención de los problemas articulares. Se utilizan para ello condroprotectores por vía oral e inyectable los que inhiben los procesos de las enzimas degradativas de los cartílagos, son antiinflamatorios naturales, nutrientes de las células cartilaginosas y estimulantes de la regeneración de los cartílagos.
Es aconsejable además que a medida que nuestros perros se acerquen a los 10 años, se encuentren bien alimentados pero delgados. La obesidad o sobrepeso es un ingrediente en contra de la longevidad. El ejercicio moderado mantendrá a nuestros animales activos y con buen temperamento.