Los que tienen gatos lo saben: nada más vaciar una caja, el gato ya está dentro poniéndose cómodo. Pero ¿por qué a los gatos les gustan las cajas? Científicos neerlandeses han investigado este comportamiento tan misterioso.
Internet está llena de fotos de gatos metidos en cajas ya que parecen ejercer una atracción mágica sobre ellos. Así sucede que cuando les compramos una cama nueva, ellos prefieren tumbarse en el embalaje.
Un equipo de investigación dirigido por Claudia Vinke, profesora de la Universidad de Utrecht, Países Bajos, investigó la causa de este fenómeno. Para el experimento, los investigadores fueron a una protectora de animales y eligieron a 19 gatos que acababan de llegar. Diez de ellos recibieron una caja en su jaula y los otros nueve se quedaron sin.
Pasados pocos días, se comprobó que los gatos con caja estaban mucho más tranquilos. Se adaptaron mejor al nuevo entorno y generaron confianza con las personas más rápido. Su nivel de estrés se redujo mucho antes que el del grupo de comparación sin caja.
Las cajas les transmitían a los gatos seguridad y protección porque podían esconderse en ellas cuando quisieran. Esto los ayudó a relajarse y a reducir el estrés, lo que hizo que su sistema inmunitario también mejorara.
Sin embargo, el experimento con los gatos de la protectora neerlandesa no aclaró por qué a los gatos les gustan las cajas de cartón concretamente, ya que una caja de plástico también podría ser un buen refugio.
Sucede que las propiedades especiales del cartón desempeñan un papel decisivo. Aíslan muy bien y protegen del frío. Existen estudios que demuestran que la temperatura ambiente ideal para el gato es de entre 30 y 36 grados centígrados. Por eso, a los gatos les encanta ponerse encima de la estufa o en un alféizar soleado.
Una caja de cartón también ofrece calor, especialmente cuando está sobre el frío suelo. Al gato no le importa si la caja es demasiado pequeña para él. De hecho, cuanto más chica sea, más cómodo está, porque el calor corporal forma rápidamente una cueva cálida. Lo ideal para acurrucarse. Esta es otra razón más de por qué les gustan las cajas a los gatos.
En conclusión los beneficios de las cajas para los felinos son múltiples: pueden dormir en ellas u observar el entorno desde una perspectiva segura, los protegen de posibles enemigos por los cuatro lados, ofrecen suficiente cobertura para cazar presas y, por último, son perfectas para que el gato se afile las uñas.