En los últimos años, vestir a las mascotas con chalecos, buzos e incluso zapatitos se ha vuelto una tendencia y un crecimiento para el mercado canino.
Además de estar de moda, con la llegada del invierno, muchos dueños creen que sus mascotas necesitan de ropa para que, al igual que los humanos puedan sobrevivir al frío. Pero, ¿realmente necesitan ese «abrigo»? ¿son recomendables todas estas prendas? No, la realidad es que con su propio pelaje les alcanza para no pasar frío y proteger su cuerpo. Además, vestir a los perros puede causarles estrés y enfermedades e irritaciones en la piel.
Mark Johnston, miembro de la Asociación Veterinaria de animales pequeños de Gran Bretaña, explicó esta duda de muchos dueños: «Al vestirlos se les disminuye la habilidad que tienen de regular la temperatura de su cuerpo y esto es perjudicial si llegan a temperaturas altas (…) la ropa además les puede rozar y causar heridas y si el animal la usa muy seguido le puede provocar problemas a la piel”.
La dermatitis atópica, enfermedades crónicas de la piel asociadas con alergias, otitis, enfermedades inflamatorias en la parte externa e intermedia del oído y alergias provocadas por pulgas, son algunas de las reacciones dérmicas que pueden padecer por el uso sobre todo en periodos largos de tiempo.
Sin embargo, hay algunas excepciones como perros muy pequeños con pelo corto, razas delgadas como galgos, o aquellos criados para climas mucho más cálidos, como el Saluki. En estos casos, si puede ser beneficioso ponerles una capa de abrigo para mantenerlos más calentitos o protegerlos de la lluvia.