La operación policial contra el grupo criminal Comando Vermelho lanzada el martes en Río de Janeiro, Brasil, la más letal de la historia de la ciudad brasileña, dejó al menos 132 muertos, entre ellos cuatro agentes, informó este miércoles la Defensoría Pública regional.
Esta institución encargada de ofrecer asistencia legal gratuita divulgó la nueva cifra de fallecidos, después de que habitantes de los barrios afectados se lanzaran a buscar a sus familiares desaparecidos y empezaran a juntar decenas de cuerpos en una plaza, reportó el sitio DW.
Funcionarios del organismo acompañan desde la madrugada de este miércoles las búsquedas en la favela de la Penha, uno de los focos de la operación, y están presentes en los institutos forenses responsables de la identificación de los cadáveres, según un comunicado.
Asimismo, la Defensoría Pública afirmó que recabó testimonios de habitantes y familiares de los fallecidos para “contribuir a la necesaria respuesta institucional ante la violencia estatal nunca vista”.
En tanto, el gobierno de Río de Janeiro confirmó el miércoles la muerte de 121 personas en el Operativo Contención contra el Comando Vermelho en los complejos Alemão y Penha. El secretario de la Policía Civil, Felipe Curi, dijo en conferencia de prensa que entre los fallecidos hay 4 policías, reportó Globo.com.
Vecinos del complejo Penha, en la Zona Norte de Río de Janeiro , afirmaron haber encontrado al menos 74 cadáveres, que fueron trasladados a la Praça São Lucas, en la calle José Rucas, una de las principales vías de la región, durante la madrugada del miércoles 29. Curi indicó que se encontraron 63 cuerpos en el bosque.
Los cadáveres encontrados por los familiares, todos de hombres, quedaron tendidos uno al lado del otro en el suelo de una plaza de la favela Penha, a la vista de los vecinos, como pudo comprobar EFE, citado por DW.
El Gobierno regional afirmó en un comunicado que los sospechosos fueron abatidos tras “reaccionar” a las acciones de los agentes. La operación policial buscaba ejecutar 100 órdenes de prisión contra miembros del Comando Vermelho, una de las dos facciones criminales más poderosas de Brasil, en dos complejos de favelas, las de la Penha y del Alemão.
El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, calificó de “éxito” la megaoperación” de las fuerzas de seguridad y afirmó que “las únicas víctimas fueron policías”.
La declaración se produjo tras la reunión del gobernador, celebrada el miércoles por la mañana, con miembros de la cúpula de seguridad pública del estado y gobernadores aliados de derecha para evaluar la ofensiva contra el Comando Vermelho, llevada a cabo el día anterior.
Los cadáveres encontrados durante la madrugada no estaban en el balance de víctimas mortales ofrecido ayer por las autoridades brasileñas, según informó este miércoles el secretario del primer ministro, el coronel Marcelo de Menezes Nogueira.
Los pobladores gritaban indignados “¡asesinos, asesinos!” y, cuando fueron interrogados por periodistas que llegaron desde la Argentina, definieron el operativo como “una masacre”.
Durante las acciones realizadas con el apoyo de 2.500 agentes y decenas de vehículos blindados, fueron arrestados 81 sospechosos y se requisaron 93 fusiles y media tonelada de drogas, según el último comunicado del Gobierno regional.
Los miembros de la banda respondieron a la operación con bloqueos en varias vías de la zona norte de Río, lo que llevó a interrupciones en el tránsito de un centenar de líneas de autobuses y al cierre de decenas de escuelas y centros de salud, cierre que se mantiene hasta ahora.
El operativo, que movilizó a 2.500 policías y se concentró en dos grandes complejos de favelas de Río de Janeiro, tenía como objetivo frenar la expansión territorial del Comando Vermelho, la segunda organización criminal más poderosa del país. Sin embargo, los integrantes del grupo respondieron con violencia, lanzando granadas desde drones contra los agentes.
La magnitud del operativo y el elevado número de muertes provocaron una inmediata ola de críticas de organizaciones sociales y defensores de derechos humanos. Entre las voces más duras se destacó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Defensa de la Ciudadanía de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Alerj), Dani Monteiro, quien comparó el sangriento operativo contra el Comando Vermelho con la masacre de la penitenciaría de Carandiru, ocurrida en 1992.
“Si se confirman estos datos, se trata de una violación mayor que la de Carandiru. Por lo tanto, se convierte en la mayor violación cometida por el Estado en la historia de nuestra redemocratización”, declaró la legisladora este miércoles.
Ante la magnitud de los hechos y la creciente conmoción social, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ordenó el envío a Río de Janeiro de una comitiva ministerial de emergencia encabezada por los ministros Ricardo Lewandowski (Justicia y Seguridad Pública), Macaé Evaristo (Derechos Humanos y Ciudadanía) y Anielle Franco (Igualdad Racial).
Los funcionarios arribaron este miércoles 29 a la ciudad para reunirse con el gobernador Cláudio Castro y analizar el operativo policial. También forma parte de la delegación el director general de la Policía Federal, Andrei Rodrigues, según confirmó el propio Lewandowski tras un encuentro con Lula en el Palacio de la Alvorada.
La reunión, que se extendió durante tres horas, estuvo centrada en la evaluación de la llamada Operación Contención, desarrollada el martes 28 en Río de Janeiro, y en la coordinación de medidas para la identificación de las víctimas. Lewandowski anunció que pondrá a disposición peritos criminales y médicos forenses de la Policía Federal y de la Fuerza Nacional para colaborar con las autoridades locales en esa tarea.
En declaraciones posteriores, el ministro de Justicia sostuvo que el estado de Río de Janeiro debería solicitar la intervención federal si no logra controlar por sí mismo el avance del crimen organizado.
“Si el gobernador de Río siente que no tiene condiciones, tiene que tirar la toalla y pedir la activación de la Garantía de Ley y Orden (GLO) o una intervención federal. Si no logra enfrentar el delito, será tragado por el crimen organizado”, advirtió Lewandowski.
El Comando Vermelho, fundado en 1979 en una cárcel de Río de Janeiro, es considerado actualmente la segunda organización criminal más poderosa de Brasil, solo superada por el Primer Comando de la Capital (PCC), con base en São Paulo, su principal rival. En los últimos años, la banda expandió su control territorial a varios estados y se ha consolidado como un actor central del tráfico de drogas y armas en el país.
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