BRASILIA.- El ex presidente brasileño Michel Temer fue detenido ayer acusado de corrupción en la causa Lava Jato, en la que se investiga el pago de sobornos en 2014 a miembros de su partido. La decisión fue tomada por el juez Marcelo Bretas, que también capturó a Wellington Moreira Franco, ex gobernador de Río y ex ministro de Energía.
Bretas ordenó el arresto de Temer por supuestos pagos de sobornos hechas por la constructora Engevix como retribución por un contrato en la empresa Eletronucelar para la realización de la central hidroeléctrica Angra 3.
“Mi detención es una barbaridad”, dijo Temer, líder histórico del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), mientras era llevado por la Policía Federal desde San Pablo a Río de Janeiro. El juez Bretas, en su pedido de captura, considera a Temer el “jefe de una organización criminal”. El ex presidente quedará alojado en la sede de la policía federal de Río de Janeiro mientras espera un hábeas corpus elevado al tribunal regional 2 por su defensa para lograr su libertad, ya que la detención obedece a una prisión preventiva.
El actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó luego de la detención de Temer que “la justicia nació para todos y cada uno debe responder por sus actos”, según declaró a la prensa. En tanto, antes del arresto se conoció que el presidente Bolsonaro tuvo una inédita pérdida de 15 puntos porcentuales de aprobación entre los brasileños, según una encuesta de Ibope.
El caso de Bolsonaro y su caída en la aprobación no tiene registros similares en los gobiernos de sus antecesores del período posdictadura. Según el sondeo, la aprobación de Bolsonaro cayó del 49 por ciento en enero, cuando asumió el poder, hasta el 34% en marzo. Las claves para entender la caída de imagen sería el proyecto de reforma jubilatoria y el video que el presidente publicó en Twitter para criticar al Carnaval.