A dos semanas de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (EU), la Cámara de los Comunes volvió a asestarle el viernes un golpe funesto a la estrategia de la primera ministra Theresa May, al rechazar por tercera vez su plan para implementar el Brexit. La noticia deja a May al filo de una expulsión del Ejecutivo británico, a la vez que acerca el fantasma de un Brexit duro, que podría ser traumático para todas las partes.
“Estamos llegando al límite de lo que puede hacer esta Cámara en este proceso”, advirtió May el viernes ante los comunes, luego de que su propuesta volviera a caer derrotada por 58 votos en contra. “Esta Cámara ha rechazado una salida sin acuerdo, ha rechazado que no haya Brexit y el miércoles rechazó todas las alternativas que se presentaron. Hoy rechazó aprobar el acuerdo de retirada y continuar en el futuro la negociación sobre la relación con la Unión Europea (UE)”, se lamentó May, aunque ratificó que “el Gobierno seguirá buscando una salida ordenada”.
Precisamente, las últimas versiones indicaban ayer que la primera ministra presentaría esta semana una nueva propuesta de salida del bloque, otra vez reciclada de las anteriores, aunque sus posibilidades de triunfo son exiguas: el Parlamento británico ya rechazó la semana pasada ocho propuestas que abarcaban todas las opciones (desde un segundo referéndum hasta permanecer en la UE o irse del bloque sin acuerdo) y el viernes terminó de liquidar las opciones al rechazar también el Acuerdo de Salida, que la primera ministra había presentado dividido de los otros ítems de su plan (que incluyen la declaración política, que divide a la cámara).
“La cámara ha sido clara. Este acuerdo tiene que cambiar. Si la primera ministra no puede aceptar esto, entonces tiene que renunciar, no en una fecha futura, sino ahora mismo, para que el país pueda decidir su futuro en una elección general”, advirtió el líder del principal partido de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.
Una salida para May podría surgir sin embargo hoy, cuando el Parlamento vuelva a debatir caminos alternativos bajo la forma de “indicative votes”, como se conoce a este mecanismo de votación que refleja la voluntad de la Cámara, pero no es vinculante para el Ejecutivo. Hasta el 12 de abril, el Reino Unido puede presentar nuevas propuestas a la UE o solicitar formalmente una prórroga más amplia del proceso de salida, aunque en este caso tendría que participar en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo próximo, algo que nadie quiere.
Crece el clamor para cancelar la retirada
Una petición lanzada en Internet para cancelar el Brexit con la revocación del artículo 50 del Tratado de Lisboa superó ayer las 6.000.000 de firmas, lo que la convierte en la demanda popular más votada en el Reino Unido. La petición impulsada por la británica Margaret Anne Georgiadou será debatida hoy por los diputados británicos, aunque se trata de un acto simbólico ya que no será votada.
Sin embargo, el Ejecutivo británico ya anticipó que no tiene ninguna intención de modificar el Brexit: “Honraremos el resultado del referéndum de 2016 y trabajaremos con el Parlamento para aprobar un acuerdo que asegure la salida de la Unión Europea”, informó el sábado.
La UE convocó a una cumbre de urgencia para el 10 de abril
La Unión Europea (UE) se viene preparando para el peor escenario en la disputa del Brexit, al punto que apenas se conoció la nueva derrota parlamentaria de Theresa May anunció una cumbre para el 10 de abril, 48 horas antes de la nueva fecha de salida del Reino Unido (12 de abril).
“En vista del rechazo del Acuerdo de Retirada por la Cámara de los Comunes, he decidido convocar a un Consejo Europeo (CE) el 10 de abril”, anunció el viernes el presidente del cuerpo, Donald Tusk, quien precisó que la cumbre debatirá los pasos a seguir ante los planes que debería presentar el gobierno británico para superar la situación.
“Esperamos que el Reino Unido indique la vía a seguir con tiempo suficiente para que la cumbre lo pueda considerar”, indicaron desde el organismo. La reunión le daría a la UE espacio suficiente para tratar un virtual pedido británico de extensión del período de salida en caso de que el Gobierno o el Parlamento consigan presentar un nuevo plan alternativo.
Pero en Bruselas se impone un creciente pesimismo, resumido por el canciller austríaco Sebastian Kurz: “Estamos a favor de una retirada ordenada, pero esto parece cada vez más improbable”, aseveró.