El papa valoró a las culturas originarias

El papa valoró a las culturas originarias

El papa Francisco abrió ayer los debates del sínodo del Amazonas con una fuerte defensa de la cultura de los pueblos originarios, al sostener que “me dio mucha pena escuchar aquí dentro un comentario burlón sobre ese señor piadoso que llevó las ofrendas con plumas en la cabeza (en la misa del domingo). Decidme: ¿Qué diferencia hay entre llevar plumas en la cabeza y el ‘tricornio’ que usan algunos oficiales de nuestros dicasterios (ministerios de la curia Romana)?”, preguntó el sumo pontífice ante los aplausos de la asamblea.

Delante de más de 250 participantes, el papa reaccionó contra las “palabras ofensivas” hacia los pueblos autóctonos y rechazó las “colonizaciones ideológicas” destructoras o reductoras. Aprovechó allí para evocar la historia de Argentina, donde la mayoría de los pueblos originarios fue aniquilada bajo el lema de “Civilización o Barbarie”, según relató, antes de lamentar que actualmente siga existiendo este “desprecio de los pueblos” en su patria natal. “Voy a mi experiencia en mi tierra y esa civilización y barbarie que sirvió para aniquilar al pueblo, todavía sigue en mi patria. Con palabras ofensivas, entonces se habla de civilización de segundo grado, los que vienen de la barbarie hoy son los bolitas, los paraguayos, los paraguas, los cabecitas negras… Siempre ese alejarnos de la realidad de un pueblo, calificándolo y poniendo distancia.

Esa es la experiencia de mi país. Y después el desprecio”, indicó Francisco, quien utilizó el ejemplo para resaltar que en el sínodo “corremos el riesgo de proponer medidas simplemente pragmáticas, cuando por el contrario se nos pide una contemplación de los pueblos, una capacidad de admiración de los pueblos. No hemos venido aquí a inventar programas de desarrollo social o de custodia de culturas, tipo museo, o de acciones pastorales con el mismo estilo no contemplativo con el que se están llevando adelante las acciones de signo contrario: deforestación, uniformización, explotación”. El encuentro debatirá durante tres semanas sobre los problemas ecológicos y sociales del Amazonas, e intentará presentar propuestas para el trabajo de la iglesia católica en esta región.

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