SANTIAGO DE CHILE.- La violencia en la represión de las protestas sociales se ha vuelto un paisaje común en las calles de las principales ciudades de Chile, que ayer por la tarde vivía otra jornada de furia en Santiago cuando los Carabineros detenían al voleo a los manifestantes que intentaban marchar por la avenida Providencia para llegar a la zona oriental de la ciudad, donde se encuentran los barrios más ricos. Las protestas se fueron trasladando en los últimos días hacia las zonas pudientes de la capital chilena, pero la respuesta del Gobierno fue redoblar la represión: ayer, de hecho, el presidente Sebastián Piñera anunció un paquete de proyectos legislativos contra “saqueadores” y “manifestaciones violentas”, con el objetivo de incrementar el control del orden público.
Un día después de que las protestas alcanzaran las zonas más acomodadas de la capital, donde el miércoles se produjeron enfrentamientos, saqueos e incendios, Piñera anunció nueve medidas ejecutivas para “incrementar el control público”, al tiempo que propuso darle urgencia a un proyecto de ley contra “encapuchados que provoquen desordenes” y presentar una “Ley Antisaqueos” al Parlamento. “Estamos convencidos que esta agenda representa y constituye un aporte significativo e importante para mejorar nuestra capacidad de resguardar el orden público, su aprobación es urgente y necesaria”, enfatizó el mandatario, que además convocó al Consejo de Seguridad Nacional, un organismo integrado por las autoridades del Poder Legislativo, Judicial y las Fuerzas Armadas. “
Consideramos lamentable este tipo de convocatorias porque el único órgano constitucional llamado a proteger el orden público son los Carabineros, obviamente respetando los derechos humanos”, respondió el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), que en su último informe del miércoles precisó que recibió más de 2.300 denuncias por violaciones a los derechos humanos, a la vez que reportó 5.012 personas detenidas y 1.778 heridos relevados en hospitales.
Aún así, el director general de Carabineros, Mario Rozas, salió a aseverar ayer que las denuncias por detenciones ilegales, torturas, disparos a quemarropa, lanzamientos de personas desde vehículos policiales, desnudamientos, robos y golpizas en cárceles “no son violaciones a los derechos humanos” y admitió que si esa fuerza de choque cometió “errores”, fueron “en un rango bastante aceptable”. “Hasta ahora nuestros carabineros se han comportado de manera ejemplar”, enfatizó Rozas, sin hacer mención alguna a las 23 personas muertas en la represión de las protestas.