LONDRES. – El viejo continente se vio conmocionado nuevamente el viernes por la violencia terrorista, cuando un hombre asesinó a cuchilladas a dos personas e hirió a otras tres sobre el Puente de Londres, mientras que en el centro de La Haya se produjo por la noche un ataque similar que dejó a tres adolescentes heridos.
El Estado Islámico (EI) se adjudicó ayer el ataque que estremeció a la capital inglesa, donde Usman Khan (28 años) embistió contra los transeúntes del célebre puente que cruza el río Támesis y consiguió matar a dos personas y herir a otras tres antes de ser reducido por la gente. El hombre portaba un chaleco explosivo que resultó ser falso, pero igualmente fue abatido por la policía en el lugar.
La polémica se desató cuando se conoció que Khan era un ex convicto que había sido condenado por delitos de terrorismo en 2012 y puesto en libertad el año pasado por un programa de reinserción social de ex presos, en el que cumplía un plan de educación. Había sido condenado a 16 años de cárcel por haber formado parte de un grupo que planeaba atentados a sitios importantes, entre ellos la Bolsa de Londres, el Parlamento y la Embajada de Estados Unidos.
Varios medios británicos informaron que incluso llevaba puesta una tobillera que le permitía seguir sus movimientos a la policía. Esa fisura en el sistema hizo estallar de furia al premier británico, Boris Johnson, que en plena campaña electoral fustigó a la Justicia y prometió endurecer las leyes. “No tiene sentido que nosotros, como sociedad, liberemos antes de tiempo a personas condenadas por delitos de terrorismo y de violencia grave”, aseveró en su visita a la zona del atentado, donde prometió endurecer las penas contra estos crímenes y eliminar el programa de reinserción impulsado por los laboristas.
Es más, pese a que todos los partidos suspendieron la campaña, Johnson anunció ayer que los 74 terroristas que fueron liberados antes de cumplir la condena total por este plan serán vigilados constantemente. El atentado se produjo luego de que el EI llamara a atacar a los ciudadanos de la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, que lucha contra el grupo yihadista.
A su vez, la policía holandesa detuvo ayer a un hombre de 35 años por su presunta implicación en los ataques a cuchillazos que dejaron tres heridos en la céntrica calle comercial Grote Marktstraat unas horas después del atentado en Londres, que sin embargo aún no había sido reivindicado por ninguna organización.