Los incendios que se concentran en Australia iniciaron en el mes de noviembre y todavía continúan con gran pronunciación. En los primeros días del año causaron la muerte de cinco personas. Tres se hallaron muertas en el sureste del país, en Nueva Gales del Sur (cuya capital es Sídney), mientras que un hombre que estaba desaparecido fue encontrado muerto dentro de su casa en la región de East Gippsland, donde en estos días han ardido 675.600 hectáreas, según el medio local The Age.
El humo del incendio llegó hasta Nueva Zelanda. Hasta el momento, el número de fallecidos asciende a 17 personas en el país. También hay 17 desaparecidos en el Estado de Victoria, según precisó el jefe de gobierno local, Daniel Andrews. Frente a la gravedad del asunto, las autoridades efectuaron una operación de rescate de los miles que pasaron la Nochevieja en playas, refugiadas de los incendios.
«La prioridad hoy es combatir el fuego y evacuar, poner a la gente a salvo. Lo que es absolutamente importante es que continuemos manteniendo el foco en estas tareas tan importantes», expresó el miércoles pasado el primer ministro australiano, Scott Morrison, en rueda de prensa.
Este jueves las autoridades locales instaron a los turistas y todos los no residentes que abandonen las zonas de incendios en el sureste de Australia ante la previsión de una ola de calor extremo y de que se incremente el riesgo de fuego durante el fin de semana.
Por su parte, el Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur declaró una «zona sin turistas», que va 240 kilómetros al sur de la turística localidad de Batemans Bay hasta la frontera con el estado de Victoria.
El subcomisario Rob Rogers remarcó que el riesgo de incendio está lejos de haber acabado y que se espera que las condiciones se agudicen el domingo, cuando llegue otra ola de calor con temperaturas de más de 40 grados centígrados.
Frente a las operaciones de evacuación, en el país se observan largas hileras de vehículos que han colapsado las carreteras que van hacia el norte y el oeste desde la zona de evacuación este jueves. Algunos habitantes se ven incapaces de trasladarse puesto que las gasolineras están sin combustible o las bombas no funcionan por los apagones.
Además, no hay suficiente alimento y agua en múltiples comunidades costeras que se han visto aisladas de la autopista desde que comenzaron los fuegos el lunes y el martes, según anunció el Servicio Rural de Bomberos. Muchas carreteras aún siguen cerradas por las llamas y los árboles caídos hacen que los esfuerzos para hacer llegar comida, agua y combustible a dichas zonas sea cada vez más difícil.
El Departamento de Defensa detalló de que está previsto que llegue este jueves un buque de la Marina a localidad costera de Mallacoota, en Victoria, con suministros para unas 4.000 personas atrapadas por los incendios desde el lunes. El barco podría evacuar a hasta un millar de personas.
Tal es el grado de destrucción en esta parte del país que se estima que algunas localidades han perdido hasta el 80% de sus casas y negocios. Es más fácil contar los edificios que no están dañados que los que sí lo están”, aseguró Shane Fitzsimmons, comisionado del servicio de bomberos rurales. Por otro lado, se estima que son 50.000 viviendas las que se encuentran sin electricidad en la costa sur de Nueva Gales del Sur, donde unos 2.500 bomberos combaten más de un centenar de incendios.