La crisis es tal que la Justicia, el Congreso y los gobernadores regionales dieron ayer diversos pasos en procura de disputar la iniciativa del combate contra la pandemia al gobierno federal.
Bolsonaro volvió a ratificar que no decretará cuarentenas ni cerrará actividades el mismo día en que se conoció que Brasilia y Porto Alegre entraron en emergencia hospitalaria y cuando los gobernadores iban a reunirse con el ministro de Salud, general Eduardo Pazuello, para intentar convencerlo de que adopte medidas más restrictivas.
A su vez, el Supremo Tribunal Federal (STF) ratificó la autonomía de los gobiernos regionales y municipales para adoptar disposiciones sanitarias y una comisión especial del Senado aprobó un plan de trabajo para fiscalizar el proceso de vacunación y escuchar a los gobernadores.
Algunos quieren que decrete lockdown (cierre total); no lo voy a decretar”, sentenció Bolsonaro, mientras la mayoría de los gobernadores impulsan un pacto nacional” para homogeneizar las medidas de prevención sin intervención de su Gobierno.
Desde el ámbito internacional, el prestigioso científico Miguel Nicolelis consideró que Bolsonaro es el mayor enemigo del combate a la pandemia en el planeta”, al explicar que Brasil se encamina a un colapso nacional”: Ahora tenemos una Manaos en cada región de Brasil”, afirmó.