La razón no está solo en la emergencia de nuevas variantes sino en una política errática por parte de los gobiernos, que incluye cuarentenas cambiantes y mal explicadas, fallos judiciales contradictorios, previsiones erróneas en la vacunación y un presidente que boicotea todas las medidas de cuidado sanitario.
Sin coordinación nacional, con normas que emanen del Ministerio de Salud (…), existe un vacío técnico-jurídico monumental”, explicó el infectólogo José David Urbáez, de la Cámara Técnica de Infectología de Brasilia. Por caso, la semana pasada, el flamante ministro de Salud, Marcelo Queiroga, redujo a casi la mitad las dosis de vacunas que llegarán al país en abril (de 47 a 25,5 millones), aunque promete vacunar a un millón de personas por día.