En una entrevista con la cadena BBC, el vocero de los talibán afirmó incluso que, aunque persisten en la idea de hacer cumplir la ley islámica, el nuevo gobierno buscará asegurar un entorno seguro para el regreso a la vida normal después de décadas de guerra” en Afganistán. Estos anuncios, sin embargo, no evitaron que el miedo se apoderara de los alrededor de 4.500.000 de habitantes de Kabul, a los que se suman miles de desplazados que huyeron de otras zonas ante el avance de la milicia.
Todos temen que el futuro Gobierno sea tan violento y opresivo como el anterior régimen talibán, entre 1996 y 2001, cuando se aplicó una interpretación rigurosa del islam por la que se impusieron castigos físicos como latigazos y amputaciones por delitos menores y se obligó a las mujeres a cubrirse con el burka y se les prohibió estudiar desde los 10 años.
Ese pánico ciudadano se reflejó en una aglomeración masiva en la única salida directa del país en la capital, desde donde miles intentaban escapar: videos caseros mostraban a centenares de personas que esperaban en la pista de salida del aeropuerto. Un video en particular registró a decenas de personas corriendo alrededor de un avión de carga militar estadounidense que se preparaba para iniciar el despegue de Kabul, y cómo los cuerpos caían una vez que la aeronave comenzaba a tomar altura.
Testigos presenciales citados por algunos medios afirmaron incluso que al menos cinco personas habrían muerto en el aeropuerto de Kabul. Por su parte, mujeres afganas que son referentes en ámbitos culturales, sociales y políticos describieron la situación como el fin del mundo” o una pesadilla”, mientras denunciaron que ya hay cientos de mujeres esclavizadas en ese país.