La muerte de una persona que había quedado herida elevó a 119 la cantidad de fallecidos por el reciente motín en una cárcel de Guayaquil, el peor en la historia penitenciaria de Ecuador, informaron fuentes oficiales.
Asimismo, el gobierno del presidente Guillermo Lasso advirtió que «no tolerará» que «el crimen transnacional» controle las calles y las cárceles del país.
«Son 119 cuerpos que nosotros tenemos al momento» en la morgue policial de Guayaquil, afirmó el director de Criminalística, coronel Henry Coral, según la agencia de noticias AFP.
Coral aseguró que la Policía ya identificó a 106 de las víctimas fatales y que 73 de esos cadáveres ya fueron entregados a sus familiares.
La dificultad para identificar los demás cuerpos se debe a la extrema violencia con que se desencadenaron los hechos.
«No encontramos huellas dactilares por la situación de las quemaduras y otras cosas», dijo Coral.
Las autoridades denunciaron que hallaron numerosos cuerpos quemados y desmembrados, y la Fiscalía reportó que al menos seis personas fueron decapitadas.
El motín, originado en un enfrentamiento armado entre presos de distintas bandas criminales, se produjo el martes pasado en una cárcel de Guayquil y dejó 119 muertos y más de 80 heridos.
«Para todos es conocido que esta situación es producto de las disputas territoriales y de liderazgo entre las organizaciones narcodelictivas que operan dentro de las prisiones», afirmó hoy la ministra de Gobierno, Alexandra Vela.
La funcionaria advirtió en conferencia de prensa que el gobierno de Lasso «no tolerará que el crimen transnacional controle las cárceles y las calles del país», y señaló que para ello utilizará todas las opciones que le permita la ley, según la agencia Sputnik.
Ecuador enfrenta desde hace varios años una crisis carcelaria alimentada, entre otros motivos, por la violencia desatada por una guerra entre grupos criminales al servicio de cárteles del narcotráfico, como los mexicanos Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
En lo que va de este año, diversos motines dejaron 238 muertos, según cifras oficiales.
En febrero murieron 79 reclusos en amotinamientos simultáneos en cuatro prisiones. Entonces circularon imágenes de cuerpos quemados y desmembrados.