Italia se encuentra bajo una fuerte tensión por la entrada en vigencia, desde hoy, de la extensión del Pasaporte Sanitario obligatorio a 23.000.000 de trabajadores, públicos y privados, que deberán certificar su inmunización contra el coronavirus para realizar sus actividades. El pasaporte, en efecto, será desde hoy indispensable para ingresar a los lugares de trabajo, pero el problema es que aún hay 8.000.000 de trabajadores en Italia que no se vacunaron.
La tensión es tal que la prensa ya habla de un viernes negro” por las reacciones que podría generar la medida, tras los violentos choques del sábado pasado en Roma entre manifestantes antivacunas y las fuerzas del orden. No sólo se temen nuevas protestas en diversas ciudades, sino un virtual bloqueo del país. Sectores antivacunas del sindicato de trabajadores portuarios amenazaron incluso ayer con bloquear por «al menos cinco días» el principal puerto del país, en la norteña Trieste. «Hay gente que corre el riesgo de quedarse sin sueldo por haber ejercitado la elección libre de no vacunarse, y por eso bloquearemos el puerto desde mañana hasta por lo menos el 20 de octubre», planteó el coordinador de los portuarios, Stefano Puzzer. En Trieste, el 40% de los trabajadores portuarios no está vacunado.
También desde Trieste partió la amenaza de un bloqueo generalizado de los camiones que transportan las mercaderías a los puertos y al mercado italiano, pues hay entre 100.000 y 150.000 choferes extranjeros de los países del Este que no están vacunados, o que fueron inmunizados con vacunas como la rusa Sputnik V, que no están autorizadas por las autoridades de la Unión Europea.
A todo esto se suman los movimientos neofascistas, que en Roma están haciendo estragos: Forza Nuova dirigió una docena de protestas y la última derivó en el asalto a la sede de la CGIL, la más grande y antigua central obrera de todo el país, en un intento de los manifestantes por llegar al Palacio Chigi, la sede del gobierno y penetrar en el edificio, lo que fue impedido por la policía.
Italia vacunó ya al 81% de los mayores de 12 años y espera alcanzar el 90% de la población. La extensión del Pasaporte Sanitario es la última alternativa del gobierno del premier Mario Draghi antes de dictar una vacunación obligatoria que parece inaceptable para la población.