El depuesto presidente sirio Bashar al Assad reapareció ayer, nueve días después de abandonar Damasco para exiliarse en Rusia. En su presentación, negó haber traicionado al ejército y al pueblo de Siria al dejar el poder el pasado 8 de diciembre.
“Presidente no puede ser una persona que renuncia al pueblo al que pertenece o que lo traiciona a él y a su Ejército”, afirmó al Assad en una declaración publicada por su oficina de prensa a través de la red Telegram. Además, desmintió: “Durante los últimos acontecimientos no me planteé ni una sola vez la posibilidad de renunciar o solicitar asilo en otro país ni recibí ninguna propuesta al respecto”.
Al Assad, que gobernaba su país desde hace 24 años, tras la muerte de su padre Hafez, en el año 2000, subrayó en el comunicado que tenía intención de “continuar la lucha ante el avance de los terroristas”. Y añadió: “Cuando el Estado cae en manos de los terroristas, cualquier cargo pierde sentido”.
El ex líder sirio se mostró sorprendido por los hechos ocurridos días atrás en su país. “Al llegar a la base (rusa) de Jemimim me enteré de que nuestras tropas habían abandonado todas sus posiciones”, señaló. Y destacó que la situación en las proximidades de la base aérea “se deterioró rápidamente”, ya que dicha instalación “fue objeto de un ataque masivo con drones”.
Por ello, “Moscú exigió a la comandancia de la base que lo evacuaran inmediatamente” con destino a Rusia. “Mi profundo sentimiento de pertenencia al país y al pueblo sirio me infunde esperanza de que Siria de nuevo será un país libre e independiente”, deseó.