Luiz Inácio Lula da Silva juró ayer ante el Parlamento como nuevo presidente de la República Federativa de Brasil para el período 2023-2027. “Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil”, declaró el líder de izquierda con la mano en la Constitución.
Lula llegó a la sede del Poder Legislativo tras desfilar frente a unas 300.000 personas en un Rolls Royce “Silver Wraith” sin capota de la Presidencia brasileña, en el que estuvo acompañado por su esposa, Rosângela “Janja” da Silva, su vicepresidente Geraldo Alkmin, y la esposa de este, Maria Lúcia Ribeiro. En el Parlamento, además de todo el poder político, aguardaban delegaciones de más de medio centenar de países que se desplazaron a Brasil para las ceremonias de investidura. Entre ellos, una veintena jefes de Estado y de Gobierno, incluyendo a los presidentes de Ar-gentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Alemania, Portuga y al rey de España.
En su primer discurso como presidente, Lula adelantó que las primeras acciones de su Gobierno tendrán como objetivo “rescatar a 33.000.000 de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100.000.000 de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina”. También enarboló como objetivo primordial lograr la deforestación cero en la Amazonia y la emisión cero de gases de efecto invernadero en la matriz eléctrica, además de estimular la reutilización de pastos degradados.
“Brasil no necesita deforestar para mantener y ampliar su frontera agrícola estratégica”, afirmó. “Crear, plantar y cosechar seguirá siendo nuestro objetivo. Lo que no podemos aceptar es que sea una tierra sin ley. No toleraremos la violencia contra los más pequeños, la deforestación y la degradación del medio ambiente”, agregó.
En ese marco, aseguró que esta era una de las razones, pero no la única, de la creación del Ministerio de Pueblos Indígenas: “Nadie conoce mejor nuestros bosques ni es más eficaz para defenderlos que quienes estuvieron aquí desde tiempos inmemoriales. Reconocemos todas las injusticias cometidas contra los pueblos indígenas”, dijo.
Cabe mencionar que, ante la partida de Bolsonaro a tierras estadounidenses, fueron representantes del pueblo brasileño quienes entregaron la banda presidencial al flamante jefe de Estado. Así, Lula ascendió a la parte alta del palacio presidencial acompañado por un grupo de personas que “simbolizan la riqueza y la diversidad del pueblo brasileño”, entre ellos, un niño, afrodescendientes, mujeres, personas con discapacidad y el conocido líder indígena Raoni Metuktire.
Lula también recordó la tragedia del Covid-19 y afirmó que “en ningún otro país, la cantidad de víctimas mortales fue tan alta proporcionalmente a la población”. Además, dijo que “las responsabilidades por este genocidio han de ser investigadas y no deben quedar impunes”, a la vez que criticó directamente a la “actitud criminal de un Gobierno negacionista” liderado por Jair Bolsonaro.
Lula da Silva, celebró además la “victoria de la democracia” que le permitió ganar las elecciones de octubre a pesar de las “amenazas” de la ultraderecha, que aún no acepta su triunfo. “Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña”, declaró Lula.
“Bajo los vientos de la redemocratización decíamos: ¡dictadura nunca más! Hoy, tras el terrible reto que hemos superado, debemos decir: ¡democracia para siempre!”, aseguró el mandatario. “El mandato que hemos recibido, frente a adversarios inspirados en el fascismo, será defendido con los poderes que la Constitución confiere a la democracia. Al odio responderemos con amor. A la mentira, con la verdad. Al terror y a la violencia responderemos con la Ley y sus más duras consecuencias”, culminó.
El mandatario cargó contra la gestión de Bolsonaro
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fustigó en varios tramos de su discurso de asunción al gobierno de Jair Bolsonaro, al que tildó de “negacionista” y “oscurantista”.
“Dije que la misión de mi vida sería cumplida cuando cada brasileño y brasileña pudieran comer tres comidas al día. Tener que repetir este compromiso hoy es el síntoma más grave de la devastación que ha impuesto al país en los últimos años”, se lamentó.
Y culminó: “Llegó la hora de bajar el precio de los alimentos, de invertir en salud, educación, ciencia y cultura; llegó la hora de traer inversiones y reindustrializar a Brasil, de romper con el aislamiento internacional. No es hora del resentimiento estéril, sino de volver a sonreír”.
Prioridad para el Mercosur y la política exterior
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció ayer durante su asunción que su Gobierno reforzará su política exterior basada en la integración latinoamericana en el Mercosur, la Unasur y el grupo Brics, integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Además, aseguró que mantendrá un diálogo “activo y altivo” con Estados Unidos, China y la Unión Europea (UE).
“Debemos romper el aislamiento al que fue sometido al país. Debemos ser dueños de nuestro destino”, aseguró Lula, quien además prometió activar la banca pública para reforzar el mercado interno de consumo y utilizar el Presupuesto para una nueva era de industrialización de la mayor economía de América Latina.