El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, valoró hoy la reciente aprobación por parte del Congreso de la ley sobre control de armas, la más importante en esta materia en casi 30 años, dijo el lunes que Estados Unidos está «inundado de armas de guerra» y renovó su llamado a la prohibición de las armas de asalto.
Biden, acompañado por la vicepresidenta Kamala Harris, habló en el marco de un acto celebrado en el jardín sur de la Casa Blanca para conmemorar la reciente aprobación del proyecto de ley sobre seguridad de las armas, la primera nueva ley de este tipo en 30 años.
El Congreso ha mostrado poca inclinación a prohibir las armas de asalto después de que expiró una prohibición en 2004, pero Biden espera utilizar la creciente indignación de los estadounidenses por los tiroteos masivos para ejercer una mayor presión sobre los legisladores para que cambien de opinión.
«Las armas de asalto deben ser prohibidas. Fueron prohibidas (…) Estoy decidido a prohibir de nuevo estas armas y los cargadores de alta capacidad», dijo.
El presidente demócrata también dijo que los legisladores deberían añadir leyes de almacenamiento seguro que exijan la responsabilidad personal «por no guardar el arma bajo llave».
En el marco de su discurso, el presidente estadounidense fue interrumpido por Manuel Oliver, cuyo hijo murió en el tiroteo de 2018 en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida.
Manuel Oliver, le reclamó, según consignó la agencia Europa Press, «puedes hacer más que eso». Poco después, las fuerzas de seguridad escoltaron a Oliver fuera del evento, celebrado en el jardín de la Casa Blanca.
Biden destacó que apoya la Segunda Enmienda de la Constitución que otorga a los estadounidenses el derecho a poseer armas de fuego, pero dijo que «el derecho a portar armas no es un derecho absoluto que domine a todos los demás».
A la vez, el mandatario consideró que las armas de fuego están convirtiendo los barrios estadounidenses en «campos de exterminio» y se comprometió a restablecer la prohibición de los fusiles de asalto.
«Los barrios y las calles también se han convertido en campos de exterminio», expresó, y añadió que todos los días hay «asesinatos trágicos que no aparecen en los titulares».
Biden se comprometió a restablecer la prohibición de los rifles de asalto que existió entre 1994 y 2004. Después de que se levantara esa restricción, se vendieron millones de estas armas de guerra semiautomáticas de alta potencia en todo el país, utilizadas repetidamente en tiroteos.
«Estoy decidido a volver prohibir estas armas… No voy a parar hasta que lo hagamos», afirmó.
Entre el público se encontraban muchos de los miembros del Congreso que aprobaron la legislación y familiares de algunas de las personas que murieron en tiroteos masivos, como los recientes ataques en Uvalde, Texas; Buffalo, Nueva York; y Highland Park, Illinois.
La ley sobre control de armas:
El proyecto de ley bipartidista se elaboró apenas unas semanas después de los tiroteos masivos de Uvalde y Buffalo en los que murieron más de 30 personas, entre ellas 19 niños en una escuela primaria.
La norma, respaldada por legisladores demócratas y republicanos, tiene como objetivo fortalecer la verificación de antecedentes penales y psicológicos de los compradores de armas de 18 a 21 años y establecer un mejor control de la venta ilegal de armas y el financiamiento de programas dedicados a la salud mental.
La ley incluye disposiciones para ayudar a los estados a mantener las armas fuera de las manos de quienes se consideran un peligro para sí mismos o para los demás. También bloquea la venta de armas a quienes hayan sido condenados por abusar de sus parejas, incluso si no están casados, y reprime la venta de armas a compradores condenados por violencia doméstica.
El proyecto de ley sobre armas se presentó la misma semana en que la Corte Suprema amplió los derechos de los propietarios de armas.
El control de las armas ha sido durante mucho tiempo un tema de división en el país y varios intentos por poner nuevos controles a la venta de armas han fracasado una y otra vez.
La poderosa Asociación Nacional del Rifle y muchos republicanos de ambas cámaras del Congreso se opusieron, pero la iniciativa tuvo el respaldo de grupos que trabajan en temas policiales, violencia doméstica y enfermedades mentales.
La última legislación federal importante de control de armas fue sancionada en 1994 al crear un sistema nacional de comprobación de antecedentes y prohibir la fabricación para uso civil de rifles de asalto y cargadores de munición de gran capacidad.
Pero esa ley expiró una década después y desde entonces no hubo ningún movimiento serio de reforma pese al aumento de la violencia con armas de fuego.