El ex presidente peruano, Pedro Castillo, acusó a la Fiscalía, al Congreso y a la actual mandataria, Dina Boluarte, de dirigir un “plan maquiavélico” en su contra, en lo que fueron sus primeras declaraciones públicas desde que fue destituido y detenido tras disolver el Congreso.
A través de una carta publicada el sábado por la noche por el congresista Guillermo Bermejo, el ex presidente dijo que varias personas lo “obligaron a sacarse una muestra” de sangre el viernes y que lo volvieron a hacer al otro día, lo cual fue desmentido ayer por la máxima autoridad forense del país. “En la tarde de ayer (por el viernes) un grupo de médicos camuflados y una fiscal sin rostro me obligaron a sacarme una muestra sin mi consentimiento”, denunció Castillo.
No obstante, el presidente del Instituto Peruano de Medicina Legal, Francisco Brizuela, aseguró que “el señor Castillo se niega rotundamente al examen, pero se han cumplido todos los protocolos; incluso, en estos casos, se pide el consentimiento informado porque tomar una muestra de sangre es un método invasivo”.
En otros pasajes de su carta, Castillo afirmó que no descartaba que la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, el Congreso de la República y la propia Boluarte estuvieran dirigiendo “este plan maquiavélico”. Cabe mencionar que la Fiscalía lo acusa de rebelión y, de ser hallado culpable, enfrentaría entre 10 y 20 años de prisión.
Ola de protestas
Las protestas contra el nuevo gobierno y el Congreso de Perú se multiplicaron el fin de semana en el interior del país, donde rutas y aeropuertos fueron bloqueados y hubo disturbios entre manifestantes y policías.
Los revuelos se produjeron en demanda de la liberación del ex presidente Pedro Castillo, en especial en el departamento Apurímac, en donde murió ayer un joven al recibir una bala perdida.
En la región de Andahuaylas, las protestas dejaron 16 civiles y cuatro policías heridos, y un grupo de organizaciones sociales se declaró en “insurgencia popular” y llamó a un paro por tiempo indefinido.