China extendió ayer los ejercicios con aviones y buques de guerra alrededor de Taiwán, en otro desafío a los llamados de Estados Unidos y Japón a terminar las mayores maniobras militares de su historia en torno de la isla que considera como propia.
Los ejercicios, que se suponía debían terminar el domingo, perturbaron severamente el tráfico aéreo y marítimo de la región, aumentado el riesgo de un conflicto armado con Estados Unidos.
La crisis comenzó con la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, que China consideró una provocación y a la que respondió con el anuncio de cuatro días de ejercicios militares, que se extendieron a cinco.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que no apoyó y hasta objetó la visita de Pelosi, dijo que no esperaba una escalada. “No estoy preocupado, pero me inquieta que estén haciendo tanto alboroto. Pero no creo que vayan a hacer nada más de lo que están haciendo”, aseveró.