China criticó hoy los «rumores» surgidos en la prensa estadounidense sobre un supuesto acuerdo que permitiría a Beijing instalar una base espía china en Cuba para interceptar comunicaciones militares, responsabilizó a Washington por su difusión, y pidió a Estados Unidos que «deje de interferir en los asuntos internos» de la isla.
La información, aparecida ayer en el diario Wall Street Journal y la cadena de noticias CNN, basada en fuentes anónimas estadounidenses, fue calificada de inmediato por La Habana como «mendaz e infundada», mientras la Casa Blanca la rechazó también, en este caso por considerarla «inexacta».
La diplomacia china acusó a Estados Unidos de difundir falsas informaciones.
«Como todos sabemos, propagar rumores y calumnias es una táctica corriente de Estados Unidos y es su marca de fábrica interferir deliberadamente en los asuntos internos de otros países», dijo Wang Wenbin, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, citado por la agencia de noticias AFP.
«Estados Unidos tendría que reflexionar sobre sí mismo, dejar de interferir en los asuntos internos de Cuba bajo el pretexto de la libertad, la democracia y los derechos humanos, y levantar inmediatamente el embargo económico, comercial y financiero contra Cuba», agregó.
Según la versión, existe un acuerdo entre Cuba y China para la instalación de una estación de escuchas telefónicas en la isla caribeña, a unos 200 km de la costa de Florida, donde se encuentran importantes bases militares estadounidenses.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo ayer en una entrevista en MSNBC que el informe citado en la prensa es «inexacto».
Sin entregar más detalles sobre qué aspectos del informe no eran exactos, Kirby se limitó a expresar su preocupación «por las actividades de influencia de China en todo el mundo, aún más en este hemisferio y en esta región». «Estamos observando esto muy, muy de cerca», agregó.
Poco antes, el Pentágono había declinado profundizar en el tema: «No vamos a comentar sobre estas informaciones específicas», dijo un funcionario del Departamento de Defensa que pidió el anonimato.
«Más allá de eso, somos muy conscientes de los intentos de China de invertir en infraestructura en todo el mundo que puede tener fines militares», incluso en América Latina y el Caribe, afirmó el funcionario.
«Seguiremos monitoreándolo de cerca y confiando en que podemos cumplir con todos nuestros compromisos de seguridad en casa y en toda la región», aseguró.
Poco después, La Habana rechazó por «mendaz e infundada» la información publicada en la prensa de Estados Unidos sobre el presunto plan espía.
«El periódico estadounidense The Wall Street Journal publicó el 8 de junio una información totalmente mendaz e infundada según la cual existe un acuerdo entre Cuba y China en materia militar para la instalación de una supuesta base de espionaje», dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, en una declaración leída a la prensa.
Fernández de Cossío subrayó que, en calidad de país firmante de la Declaración de América Latina y el Caribe como zona de paz suscrita en 2014, Cuba «rechaza toda presencia militar foránea» en esta región, «incluida las numerosas bases y efectivos militares de los Estados Unidos».
Durante la Guerra Fría, los soviéticos mantuvieron por décadas en la isla la base de espionaje electrónico de Lourdes, cerca de La Habana, la cual fue cerrada en 2001 por el presidente ruso Vladimir Putin.
La publicación de estas informaciones tiene lugar en un contexto tenso en las relaciones entre China y Estados Unidos en varios ámbitos: el comercio bilateral, la rivalidad en el sector tecnológico y la posición de Washington sobre Hong Kong y Taiwán.
En enero y febrero de 2023, un globo chino presuntamente destinado a recopilar datos meteorológicos, que Washington calificó de espía, sobrevoló el territorio estadounidense antes de que un caza lo derribara, provocando un enfriamiento en las relaciones entre China y Estados Unidos.
Ese incidente derivó en la suspensión de un viaje a Beijing que tenía programado el secretario de Estado, Antony Blinken, pero se prevé que el funcionario viajará en las próximas semanas para conversar con funcionarios sénior, incluido posiblemente el presidente chino, Xi Jinping, informó Bloomberg News a principios de esta semana.