Colombia está bajo un “estado de conmoción interior” ordenado por el presidente, Gustavo Petro, en medio de una embestida de guerrilleros y narcos que dejó ya más de 100 muertos y casi 20.000 desplazados en cinco días.
Ante la escalada violenta sin precedentes recientes, el mandatario tomó esta decisión excepcional que faculta al Ejecutivo para tomar medidas extraordinarias como por ejemplo liberar recursos y restringir la movilidad de los habitantes. Desde el jueves diferentes focos de violencia estallaron en el país, el más grave en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela.
La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) atacó a la población civil y se enfrentó contra disidentes de las FARC que no se unieron al acuerdo de paz de 2016. La prolongada embestida incluyó asesinatos selectivos y combates que dejan un balance de al menos 80 muertos y casi 20.000 desplazados en esta región plagada de narcocultivos.
El lunes, el Ministerio de Defensa informó sobre la muerte de 20 guerrilleros en el departamento amazónico del Guaviare (sur) por choques entre dos facciones enemigas de los desertores del pacto que puso fin a las FARC. Aterrorizados por la violencia, miles de personas en el Catatumbo huyen hacia poblados más seguros o hacia Venezuela donde el gobierno activó un “operativo especial” para atender a los desplazados en dos municipios fronterizos. Hasta ahora, las fuerzas de seguridad no han entrado a enfrentar a los rebeldes en las zonas críticas. Los más de 5.000 soldados desplegados se han concentrado en rescatar en helicópteros la población en riesgo.
El Catatumbo, que ocupa la parte septentrional del departamento de Norte de Santander, es un territorio montañoso y selvático en la frontera con Venezuela, donde se encuentran el Parque Nacional Natural Catatumbo-Barí y dos resguardos indígenas. Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, “la mayoría de los habitantes de las áreas urbanas del Catatumbo tienen necesidades básicas insatisfechas”, lo que se acentúa en las zonas rurales, “en las que más del 50 % habitan en condiciones precarias”.