El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció ayer que el Estado destinará 10.600 millones de euros en préstamos y ayudas a víctimas de las inundaciones repentinas que azotaron la costa oriental del país en torno a Valencia la semana pasada. El también secretario general del Partido Socialista Obrero Español señaló que se desembolsarán hasta 838.000.000 de euros en donaciones directas en efectivo para las personas afectadas por la Dana, que dejó al menos 217 muertos.
Esto sucede después de que tanto él como los reyes de España fueran abucheados por vecinos enfurecidos durante su visita a las zonas afectadas que acabó con insultos y lanzamiento de barro que incluso alcanzó el rostro de Felipe VI y a la reina Letizia. A una semana de la mayor tragedia climática que padeció España en lo que va del siglo, un nuevo peligro acecha: el de las intoxicaciones e infecciones por estar en contacto con aguas contaminadas.
“Hay un riesgo de brotes epidémicos y de enfermedades infecciosas gastrointestinales por contaminación del agua o de los alimentos”, explicó el epidemiólogo Daniel López Acuña.
“No estamos hablando de una epidemia como la de Covid, pero estamos ante el riesgo de brotes epidémicos y de una epidemia por transmisión hídrica, por consumo de alimentos o agua contaminados por bacterias que vienen de aguas negras (en contacto con materia fecal)”, señaló el médico que integró la Organización Mundial de la Salud.
La prioridad, aunque cada vez menos probable, sigue siendo rescatar vidas y, en segundo término, encontrar a los desaparecidos. Son los objetivos principales de los rastrillajes, el levantamiento de los autos que todavía bloquean calles y casas en algunos pueblos y la remoción de escombros.
“Muchas gente cree que los cadáveres pueden producir epidemias. No. Eso está claramente probado por la evidencia científica -sentencia-. Los cadáveres no entrañan un riesgo de epidemias”, sentenció López Acuña.