La neumonía, una infección que inflama los pulmones y dificulta la respiración, se cobra más de 2,5 millones de vidas al año en el planeta, pese a que en la mayoría de los casos puede prevenirse con vacunas, buena nutrición y acceso a tratamiento adecuado. Su impacto se siente con fuerza en los países de ingresos medios y bajos, donde los sistemas de salud enfrentan mayores dificultades para el diagnóstico y la atención temprana.
El lema de este año, “Unidos para poner fin a la neumonía”, busca reforzar la cooperación internacional en materia de inmunización, vigilancia epidemiológica y reducción de la contaminación del aire, uno de los factores ambientales más asociados al aumento de casos.
En Argentina, las autoridades sanitarias recuerdan la importancia de vacunarse contra el neumococo y la gripe, especialmente en los grupos de riesgo: niños pequeños, adultos mayores, embarazadas y personas con enfermedades respiratorias o cardíacas.
Más allá de las cifras, el Día Mundial contra la Neumonía representa un llamado urgente: ninguna persona debería morir por falta de aire, cuando la prevención y el tratamiento están al alcance de la ciencia.
