Fuerzas israelíes combatían ayer a milicianos del movimiento terrorista Hamás en el centro de la sureña ciudad de Khan Yunis, en el día de bombardeos y enfrentamientos más intensos desde el inicio de la ofensiva terrestre en la Franja de Gaza que Israel amplió al sur del enclave palestino, donde se refugian decenas de miles de civiles desplazados.
En ese marco, la ONU advirtió de “un escenario aún más infernal” para los civiles atrapados y dijo que era “imposible” implementar las zonas seguras definidas por Israel en la Franja de Gaza para que los palestinos no combatientes puedan refugiarse y escapar de los enfrentamientos. Khan Yunis, a solo nueve kilómetros de la frontera con Egipto, es el punto más sureño de Gaza al que ha llegado el Ejército israelí en su avance.
Por otro lado, los rehenes liberados por Hamás fueron drogados con tranquilizantes antes de ser entregados a la Cruz Roja para ser liberados, con el objetivo de que parecieran “tranquilos, felices y optimistas”, según Hagar Mizrahi, jefa de la división médica del Ministerio de Salud israelí. Mizrahi Mencionó específicamente el medicamento Clonazepam, que se usa para prevenir y tratar trastornos de ansiedad.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el teniente general Herzi Halevi, aseguró ayer que puede ser “una buena idea” la posibilidad de inundar con agua del mar los túneles que el movimiento islamista palestino Hamas tiene construidos a lo largo del enclave palestino.“Estamos viendo mucha infraestructura subterránea en Gaza, sabíamos que habría mucha; parte del objetivo es destruir esta infraestructura”, dijo Halevi.
Por último, Amnistía Internacional (AI) denunció que el ejército israelí utilizó municiones de ataque directo conjunto de fabricación estadounidense en dos bombardeos aéreos sobre viviendas de la Franja de Gaza, que mataron al menos a 43 civiles, entre los que había 19 menores de edad, y pidió que se investiguen como crímenes de guerra.