Los ministros de Economía y Finanzas, más los presidentes de Bancos Centrales de los países miembros del G20 estarán reunidos en la isla de Bali, Indonesia, hasta el sábado. La inflación, la crisis energética y alimentaria y la guerra de Ucrania son algunos de los temas más relevantes que se abordarán. En un formato híbrido, entre la presencialidad y la virtualidad, la cumbre ya empieza a sonar fuerte.
En la víspera, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, manifestó su preocupación por el alza de los precios en el mundo, especialmente en Estados Unidos, donde la inflación interanual se situó en un 9,1% en junio, un nivel “inaceptablemente alto”.
La encargada de Hacienda de Estados Unidos señaló que se están registrando “efectos negativos de la guerra en todos los rincones del mundo, especialmente en relación a la subida de los precios de la energía y la creciente inseguridad alimentaria”.
“Una limitación del precio es una de las herramientas más poderosas”, afirmó y luego agregó que este tope dejaría a Rusia sin “los ingresos que necesita la maquinaria de guerra”.
La funcionaria expresó sus expectativas de que India y China se sumen a esta iniciativa para limitar los precios al afirmar que “está en sintonía con sus propios intereses” para anclar la inflación para los consumidores de todo el mundo.
En la cumbre estará presente el ministro de Finanzas de Rusia de manera virtual, una semana después de que el canciller ruso, Serguei Lavrov, se topara con críticas en la cita de ministros de Relaciones Exteriores del G20.
Yellen dijo que continuará presionando a sus aliados para poner un tope a los precios del petróleo ruso, cortar el financiamiento de la guerra y obligar a Rusia a poner fin a la invasión, así como también a bajar los costos de la energía. Las declaraciones de Yellen se dan en el marco del sombrío pronóstico dado a conocer recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el deterioro económico global.
Aumentan los ataques a civiles
Al menos 5.000 civiles perdieron la vida a causa de la guerra en Ucrania y durante la jornada de ayer, el número volvió a engrosarse. Ucrania denunció que al menos 23 personas murieron y unas 90 resultaron heridas en ataques rusos con misiles contra una zona residencial de la ciudad centro-occidental de Vinnitsia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a Rusia de “terrorismo” por atacar una zona civil en la que, según afirmó, no había ningún objetivo militar. Con unos 370.000 habitantes, Vinnitsia había estado relativamente a salvo de los combates y bombardeos que han arrasado con otras partes de Ucrania.
La ciudad es la capital de la provincia del mismo nombre, ubicada al suroeste de la de Kiev, con la cual limita. En el sur de Ucrania, en tanto, la ciudad de Mikolaiv, fue blanco de un bombardeo “masivo” que dañó dos escuelas, infraestructuras de transporte y un hotel.
Este ataque tuvo lugar mientras el fiscal en jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) se reunía en La Haya con cancilleres y ministros de Justicia de la Unión Europea (UE) para coordinar investigaciones sobre crímenes de guerra cometidos en el conflicto.
La CPI, único tribunal internacional que juzga a individuos por crímenes de guerra, abrió una investigación en Ucrania poco después de que Rusia lanzara la invasión el país, y envió a decenas de investigadores para recabar pruebas. Sin embargo, no tiene jurisdicción para procesar la agresión en Ucrania porque ninguna de las dos partes se encuentran entre los 123 estados miembros de la Corte Penal Internacional.