El ministro israelí Netanyahu promete una respuesta «vigorosa»

Un día después del ataque a una sinagoga que dejó siete muertos, hoy un adolescente palestino hirió de bala a dos israelíes

El ministro israelí Netanyahu promete una respuesta "vigorosa"

Un palestino de 13 años hirió hoy de bala a dos israelíes en Jerusalén, un día después de que otro ataque perpetrado por un palestino frente a una sinagoga dejara siete muertos, tras lo cual el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió una respuesta «vigorosa».

Los dos ataques ocurrieron en el marco de una escalada de la tensión que se inició el jueves con una incursión israelí en Cisjordania ocupada, en la cual murieron nueve palestinos, y que llevó a que organismos internacionales y las principales potencias mundiales llamaran a la calma.

El hecho de hoy ocurrió en el barrio palestino de Silwan, fuera de la muralla que demarca la Ciudad Vieja, en Jerusalén Este, una zona ocupada por Israel en 1967 y anexada en 1980.

El servicio de emergencia Magen David Adom (MDA) señaló que las víctimas son dos hombres de 47 y 23 años -padre e hijo- que recibieron «heridas de bala en la parte superior del cuerpo».

A pesar de la gravedad de su estado, sus vidas no parecen correr peligro, según el MDA, servicio para el que trabaja precisamente el joven israelí herido.

El atacante, identificado como Muhammad Aliyat, fue «herido y neutralizado» por las fuerzas de seguridad, informó la policía. La vivienda que comparte con su familia, ubicada en el barrio Karm al-Sheikh en la ciudad de Silwan, fue allanada.

Poco antes del ataque, la policía anunció 42 arrestos relacionados con la muerte ayer de siete israelíes a manos de un palestino de 21 años que abrió fuego contra las personas congregadas a la salida de una sinagoga durante el sabbat.

La matanza coincidió con el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto y el autor murió por disparos de la policía tras una breve persecución. 

No hay indicios de que haya participado anteriormente en actividades militantes o de que fuera miembro de un grupo armado palestino establecido, informó la agencia de noticias AFP.

Las fuerzas de seguridad israelíes fueron colocadas en estado de alerta máxima tras los últimos ataques.

«Nuestra respuesta será vigorosa, rápida y precisa», declaró hoy Netanyahu antes de una reunión de su gabinete de seguridad nacional. «No estamos buscando una escalada, pero estamos preparados para cualquier escenario», añadió.

Netanyahu, primer ministro entre 2009 y 2021, regresó al poder el mes pasado al frente de una coalición que incluye a partidos de extrema derecha y a formaciones judías ultraortodoxas.

El sábado, prometió «procesos acelerados» de clausura y demolición de viviendas de autores de atentados contra israelíes, denunciados por las ONGs de defensa de derechos humanos como medidas de castigo colectivo.

El ataque de ayer, condenado ampliamente por la comunidad internacional, se produjo pocas horas después de un bombardeo israelí de la Franja de Gaza, en respuesta a disparos de cohetes desde ese enclave palestino.

El ataque a la sinagoga fue condenado por la ONU, Estados Unidos, Francia, Alemania, el Reino Unido, Turquía y países árabes como Jordania y Emiratos Árabes Unidos. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el ataque de ayer, pero instó a las partes a mostrar moderación. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viajará la próxima semana a Israel y los Territorios Palestinos para impulsar un «fin del ciclo de violencia».

La propagación de la violencia

Una muchedumbre gritó «muerte a los árabes» durante la visita de Netanyahu a la sinagoga atacada anoche. 

Los palestinos, por su parte, se congregaron en la Franja de Gaza y en Cisjordania para celebrar el ataque, mientras que varias organizaciones políticas palestinas lo justificaron.

«La operación de Jerusalén es una respuesta natural a la masacre de Jenín», apuntó el vocero de Hamas Mohamed Hamadé, en referencia a la muerte el jueves de nueve palestinos en una operación militar israelí, informó la agencia de noticias Europa Press.

La Yihad Islámica también elogió la «heroica operación» en la sinagoga de Neve Yaakov, a la cual consideró «la respuesta natural y legítima a los crímenes de la ocupación y los agravios a los santos lugares», en referencia a la Explanada de las Mezquitas.

«La explosión de la situación es el resultado inevitable de la escalada de los crímenes de la ocupación contra nuestro pueblo», expresó, por su parte, Al Fatah, el partido dominante del gobierno palestino con sede en Ramallah.

«Lo hemos advertido repetidamente, pero la comunidad internacional no ha respondido a las peticiones de parar la agresión (israelí) y poner fin al derramamiento de sangre palestina», agregó Al Fatah.

Según la agencia de noticias AFP, el conflicto palestino-israelí se cobró 235 vidas en 2022, más del 80% de ellas de palestinos.

La incursión israelí del jueves, que dejó nueve palestinos muertos, fue en el campamento de refugiados de Jenín, que junto con Naplusa han sido los principales objetivos israelíes por ser bastiones de los grupos armados palestinos en el norte de Cisjordania.

Israel afirmó que el objetivo de la operación eran combatientes de la Yihad Islámica. 

La Yihad Islámica y la organización Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, prometieron represalias y dispararon proyectiles que, en su mayoría, fueron derribados por las defensas antiaéreas israelíes. El ejército respondió con bombardeos contra Gaza. No se reportaron heridos en ninguno de los bandos, pero los grupos armados palestinos prometieron nuevas acciones.

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