El precio del barril de petróleo Brent del mar del Norte, una de las dos principales referencias del mercado, rozó hoy los 140 dólares, cerca del récord de 147,50 dólares alcanzado en 2008, ante el posible embargo de las exportaciones de Rusia como represalia a su invasión a Ucrania, informó la prensa internacional.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, había reconocido más temprano que «el riesgo de un embargo de petróleo y gas a Rusia puede poner al mercado en mayores riesgos», en medio del comienzo de discusiones con la Unión Europea (UE) y el resto de los aliados para prohibir las importaciones de hidrocarburos rusos.
En una entrevista con la televisora CNN, Blinken señaló que «en lo que se refiere al petróleo, ayer mismo lo estaba hablando con el presidente Joe Biden». «Ahora mismo estamos hablando con nuestros socios europeos y el resto de aliados la forma de declarar, de manera coordinada, la posibilidad de prohibir la importación del petróleo ruso al tiempo que nos aseguramos que todavía quedan reservas apropiadas en los mercados mundiales», reveló Blinken.
En la misma línea, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se reunió de manera virtual con 280 miembros del Congreso de EE.UU. y les pidió ayuda para que se prohíba la importación de petróleo procedente de Rusia, ante lo que muchos legisladores expresaron su respaldo.
Aunque el veto al petróleo ruso ha ganado apoyo en EE.UU. a nivel doméstico, la Unión Europea (UE) aún no ha expresado su aprobación. En otra entrevista con CNN, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, que se encuentra en Berlín, reiteró hoy su deseo de que Europa deje de depender de Rusia, diversifique sus fuentes de energía y acelere su inversión en energías renovables.
No obstante, la líder europea rechazó hacer comentarios sobre cualquier conversación con Washington acerca del petróleo ruso. La UE depende de Rusia para el suministro de energía, ya que importa el 41% del gas natural y el 27% del petróleo que consume de ese país, según datos de Eurostat.
A diferencia de la Unión Europea, los EE.UU. tienen una enorme capacidad para producir su propio gas y petróleo gracias a la producción de hidrocarburos no convencionales y sólo importa el 8% de crudo desde Rusia, de acuerdo con datos de la Administración de Información Energética (EIA). La prohibición de las importaciones de crudo ruso privaría al Kremlin de una importante fuente de ingresos, pero podría perjudicar a la economía mundial al provocar una subida de precios de la energía y sus consecuencias frente a la alta inflación en todo el mundo.
Los precios han alcanzado niveles elevados y cerraron el viernes en 115,70 dólares para el barril de la variedad WTI y 118,10 dólares para el tipo Brent. Esto ha llevado a un aumento de precios en la venta de naftas en los EE.UU. que llevó a 4,10 dólares el galón (1,10 dólares por litro) y provocó que legisladores demócratas y republicanos hayan presionado en los últimos días a Biden para que Washington deje de comprar petróleo y productos derivados del crudo de Rusia con el argumento de que los ingresos de esas importaciones sirven al Kremlin para financiar la guerra en Ucrania.
En el medio, la postergación de un acuerdo nuclear con Irán hasta mediados de año, aparece como un elemento distorsivo para el mercado petrolero porque se especulaba con que una vuelta de Teherán a las exportaciones de crudo podría alimentar la oferta en 2 millones de barriles diarios y moderar la escalada de precios.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) e Irán han realizado una declaración de cuatro puntos en la cual dan los motivos de la postergación del acuerdo. El texto indica que «Irán proporcionará a la IAEA, a más tardar el 20 de marzo de 2022, explicaciones por escrito, incluidos los documentos de apoyo conexos, a las preguntas planteadas acerca de las causas por las cuales Irán no ha abordado la solución a inconvenientes técnicos en tres lugares».
«En el plazo de dos semanas después de recibir las explicaciones por escrito y los documentos de apoyo conexos de Irán, la IAEA examinará esa información y presentará a Irán cualquier pregunta que tenga sobre la información recibida». «En el plazo de una semana después de que la IAEA haya presentado a Irán cualquier pregunta que tenga sobre esa información, la IAEA e Irán se reunirán en Teherán, para abordar las preguntas y se celebrarán reuniones independientes para cada lugar». «Una vez se hayan completado las actividades enunciadas en los párrafos 1 a 3 anteriores y tras la evaluación correspondiente por la IAEA, el Director General tendrá por objetivo comunicar su conclusión para la reunión de la Junta de Gobernadores de junio de 2022».
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov amenazó con introducir más interferencias en el mercado al afirmar que «Rusia quería una garantía por escrito de los Estados Unidos de que el comercio, la inversión y la cooperación técnico-militar de Rusia con Irán, no se verían obstaculizados de ninguna manera por las sanciones».